miércoles, 12 de diciembre de 2007

Radioamlo en Puebla

EL SONIDO Y LA FURIA
por
Gerardo Oviedo

Desde San Luis Potosí

A Lamberta, Carlos, María, Tatiana, Karla por su hospitalidad y extraordinaria generosidad y, sobre todo, a Lorena



“Los pueblos, en su esfuerzo constante porque triunfen los ideales de libertad y justicia,
se ven precisados en determinados momentos históricos a realizar los mayores sacrificios.”
Plan de San Luis. 5 de Octubre de 1910. Francisco I. Madero.
Dentro del original:


“En cambio de esta tiranía se nos ofrece la paz, pero es una paz vergonzosa para el pueblo mexicano, porque no tiene por base el derecho, sino la fuerza; porque no tiene por objeto el engrandecimiento y prosperidad de la Patria, sino enriquecer un pequeño grupo que, abusando de su influencia, ha convertido los puestos públicos en fuente de beneficios exclusivamente personales, explotando sin escrúpulos las concesiones y contractos lucrativos…



CONCIUDADANOS: Si os convoco para que toméis las armas y derroquéis al Gobierno del general Díaz, no es solamente por el atentado que cometió durante las últimas elecciones, sino para salvar a la Patria del porvenir sombrío que le espera continuando bajo su dictadura y bajo el gobierno de la nefasta oligarquía científica, que sin escrúpulo y a gran prisa están absorbiendo y dilapidando los recursos nacionales, y si permitimos que continúe en el poder, en un plazo muy breve habrán completado su obra: habrá llevado al pueblo a la ignominia y lo habrá envilecido; le habrán chupado todas sus riquezas y dejado en la más absoluta miseria; habrán acusado la bancarrota de nuestra Patria, que débil, empobrecida y maniatada se encontrará inerme para defender sus fronteras, su honor y sus instituciones… Él (Díaz) mismo justificó la presente revolución cuando dijo: "Que ningún ciudadano se imponga y perpetúe en el ejercicio del poder y esta será la última revolución." Si en el ánimo del general Díaz hubiesen pesado más los intereses de la Patria que los sórdidos intereses de él y de sus consejeros, hubiera evitado esta revolución, haciendo algunas concesiones al pueblo; pero ya que no lo hizo... !Tanto mejor!!, el cambio será más rápido y más radical, pues el pueblo mexicano, en vez de lamentarse como un cobarde, aceptará como un valiente el reto, y ya que el general Díaz pretende apoyarse en la fuerza bruta para imponerle un yugo ignominioso, el pueblo recurrirá a esa misma fuerza para sacudirse ese yugo, para arrojar a ese hombre funesto del poder y para reconquistar su libertad.” Francisco I. Madero. Plan de San Luis, octubre 5 de 1910.



Esta columna la estoy escribiendo en este momento desde la ciudad de San Luis Potosí. Y como un eterno retorno, he leído de nueva cuenta el manuscrito que invocara a la Revolución Mexicana con el levantamiento armado para el 20 de noviembre de ese año. La similitud con aquella época es trágica y a la vez vergonzante: ¡No hemos aprendido nada! La COFETEL ha resuelto que debemos pagar 500 días de salario mínimo y perder todos los equipos de transmisión de nuestra estación comunitaria a favor de sus intereses. Bajo esta tierra Potosina y con el aire matinal se lanza el siguiente plan: Por defender los principios de democracia, libertad y justicia; por buscar equilibrio e igualdad en materia de telecomunicaciones; por dignificar la conciencia y saber que la patria puede ser grande, hermosa y soberana; por luchar en contra del racismo, la intolerancia y la discriminación; por desear que la cultura en todas sus expresiones florezcan a través de una radio ciudadana; por tratar de enriquecer el patrimonio artístico de la ciudad de Puebla y de México; por intentar buscar la verdad entre todos los nubarrones que ciñen al país en esta oscuridad; por defender a los más necesitados y decir que no todo lo que se ve y se oye en los medios tradicionales de comunicación es cierto, que en su mayoría falsean la información y coptan la voluntad popular a través de la deformación visual y auditiva; por señalar que las máximas autoridades de justicia de la nación resuelven en contra del estado de derecho, como lo es en el caso de la periodista Lydia Cacho y el ultraje a sus derechos humanos que son los de todos; por la defensa de la libertad de expresión y el derecho a la información; porque sus instituciones adolecen de legitimidad y están venalmente ahogadas, carentes de cualquier respeto ciudadano; porque no tenemos nada de qué avergonzarnos y nada por qué implorar perdón; porque México es una patria para todos y no sólo de unos cuantos privilegiados, hemos decidido no acatar el fallo de la COFETEL y, si las consecuencias de sus actos, sentencias y resoluciones nos llevan a prisión, al paredón o a la ignominia de su historia oficial, que así sea y que el futuro nos juzgue bajo la ley de la verdad, el honor y la justicia. San Luis Potosí. Miércoles 12 de diciembre de 2007.

Periódico Cambio. Ciudad de Puebla.