México, D.F., 22 de julio (apro).- Casi todo ha sucedido en los casi tres meses del debate petrolero: les llovió a los legisladores; hubo un periodo extraordinario conflictivo; el PAN cambió a su coordinador en el Senado; el PRD se hundió en una crisis interna por la elección de sus dirigencias; en el PRI se conformó un sólido bloque opositor a las iniciativas de Calderón; el gobierno federal perdió el impulso de su reforma, y hasta escándalos de espionaje se ventilaron en medio del análisis de este proceso. ¿Qué sucederá ahora?
Un primer balance de los 21 foros donde participaron 158 ponentes de muy alto nivel arroja una experiencia muy positiva en el ejercicio legislativo. Si los senadores no toman en cuenta las más de 70 propuestas que se hicieron a lo largo de los foros estarían fallando a una opinión pública pendiente de un sector complejo, pero esencial para el futuro del país.
El debate entre legisladores y especialistas fue pobre, pero la información, las críticas y la reflexión expresadas a lo largo de los foros, demostraron que existen “sabios petroleros” de muy alto nivel que no fueron consultados por el gobierno federal antes de presentar sus seis iniciativas. Los defensores del proyecto calderonista no tuvieron la solidez necesaria para convencer de la viabilidad y la constitucionalidad de los cambios propuestos.
Los cinco grandes ejes de las reformas presidenciales quedaron resquebrajados:
a) Se puso en duda la constitucionalidad de la apertura en los sectores de refinación, petroquímica secundaria, ductos, transporte y almacenamiento.
b) Quedó evidenciado que las iniciativas no garantizan el fortalecimiento de Pemex, ya que la paraestatal seguirá siendo exprimida fiscalmente por la Secretaría de Hacienda.
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