María Teresa Jardí
Algo tienen que sacrificar y se ven obligados a ceder a algún compinche, convirtiéndolo en chivo expiatorio, para que los medios a modo puedan decir algo que supla lo mucho que ocultan con relación al Movimiento Ciudadano que alrededor de AMLO no deja de crecer pese al complot, porque eso es: un complot de silencio pactado entre los propios medios a modo encabezados por la telebasura --que usan, eso sí, de tanto en tanto, a los “intelectuales” como Cordera que cuando se miran al espejo dan gracias por vivir en Suecia-- y la fascista derecha.
Ni modo, señores Arellano y Zambada, ni modo los que se apelliden Leyva y como van las cosas tendría que poner sus barbas a remojar también el Chapo Guzmán, porque quizá también para eso le revivieron a su amigo Tello. Ni modo, a los a modo algo les tienen que dar para rellenar lo que callan. Y como, cuando se quiere, se puede, sacrifican a algunos narcos acabados aunque no por ello no tengan una gran cola que les pisen. Pero… ¡Oh! sorpresa. Nada menos que el último Arellano detenido no tiene ni una pequeñita investigación, en México, abierta. A pesar de que los yanquis años ha que ofrecen, por él, cinco millones de dólares. Puro circo para el que quiera caer en el juego del preludio de la dictadura que cada día se descara de manera más siniestra.
Y puestos a elegir y como tienen que proteger al útil García Luna --aunque Santiago Vasconcelos tampoco deba, de momento al menos, preocuparse, a él también lo van a proteger-- se van contra la SIEDO y se “enteran, por fin”, de que desde ahí se infiltró hasta a la embajada gringa. Cómo no. Claro que sí. Tontitos que somos los ciudadanos, hasta creen que nos van a entretener con eso. No se han enterado de que los mexicanos no estamos dispuestos a entregar el petróleo o sí, enterados están, y de ahí la brutal campaña de silencio. Ni la burla perdona la derecha más corrupta y fascista del mundo. ¡Ah!, claro, es que también es la brutalmente más inculta.
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