A Puerta Cerrada
Marcela Gómez Zalce
El camino más corto para arruinar un país, mi estimado, es dar el país a los demagogos. Ridículas y de risa loca siguen siendo las múltiples declaraciones sobre la situación económica que se vive en México. Una crisis que venía (de fuera y estos disfuncionales de adentro le dieron el tiro de gracia) golpeando los bolsillos y la economía de los mexicanos y, junto con pegado, un escalofriante desempleo, una devaluación y las secuelas de la delicada influenza… detonaron una caída libre que hoy desesperadamente se simula.
Con afirmaciones y pronósticos de que lo peor ya pasó en medio de descomunales inconsistencias por parte de un presumido equipo económico. En el colmo del mundo al revés, Calderón presume de que en su (des)gobierno se hace lo que los mexicanos exigen: cumplir y hacer cumplir la ley.
Valiente discurso en medio de una tragedia como la ocurrida en Hermosillo, donde 46 menores perdieron la vida por negligencia y corrupción y en donde el IMSS del rebasado Karam sigue jugando al Tío Lolo para (¿darse tiempo para rasurar la controvertida lista?) entregar los nombres de las guarderías subrogadas cuya coordinación tripula la amiga de Margarita, Carla Rochín Nieto… y en esta cadenita (del retrete) Juan Molinar Horcasitas tiene su gran vela en el entierro de estos 46 pequeños féretros, yes?
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