Ricardo Rocha
Las versiones oficiales insisten en que son hechos absolutamente aislados. Que nada tienen que ver las explosiones, el extraño secuestro del avión y el asesino del Metro Balderas.
Sin embargo, para buena parte de la opinión pública no se trata de casualidades, sino de causalidades. Por ejemplo, en el caso de los bombazos —que se han querido minimizar por la baja potencia de los explosivos—, todos están dirigidos a establecimientos representativos de los ricos de este país: bancos, una agencia de automóviles nuevos y una elegantísima boutique de Masaryk donde venden vestidos importados de cientos y hasta miles de dólares. Y son ya cinco las explosiones tan sólo en lo que va de este mes.
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Sin embargo, para buena parte de la opinión pública no se trata de casualidades, sino de causalidades. Por ejemplo, en el caso de los bombazos —que se han querido minimizar por la baja potencia de los explosivos—, todos están dirigidos a establecimientos representativos de los ricos de este país: bancos, una agencia de automóviles nuevos y una elegantísima boutique de Masaryk donde venden vestidos importados de cientos y hasta miles de dólares. Y son ya cinco las explosiones tan sólo en lo que va de este mes.