Para Rosalba, a quien tanto quería.
Pasé muchas navidades lejos de los míos, en países en guerra, compartiendo la zozobra de aquellos que sabían que la paz de esa noche era sólo un artificio y que la muerte y la violencia agazapadas seguían ahí, listas para saltar sobre ellos con renovados bríos. Hoy, con los míos, en mi patria, esa vieja zozobra se reanima, sólo que ahora la cámara, el oficio y las mínimas certezas que me acompañaban han desaparecido, y la angustia de otros, que antes retrataba, es hoy la mía. |