domingo, 21 de marzo de 2010

Ladillas - La Guerra


Ladillas

La Guerra

Por el Lic. Mefistófeles Satanás

“Hay guerras que no valen los huesos del mas infeliz soldado.” – Otto von Bismarck

“El obedecer una orden no necesariamente es patriotismo. Un perro obedece las órdenes de su amo, bien por miedo o por amor a este. Los soldados mexicanos no deben rebajarse a ser perros.” – Felipe Ángeles

“¡Anunciad violencia y desencadenad los perros de la guerra!” – Marco Antonio en “Julio Cesar” de Shakespeare

“Pos no señores, tengo ordenes de no dejarlos pasar. Pero si creen que pueden hacerlo, pos éntrenle güeritos.” – Gen. Félix U. Gómez anunciándole a la vanguardia de la expedición punitiva de Pershing que no podían continuar más allá del Carrizal. (Gómez cayó en la primera descarga pero su segundo, Rivas Guillen, derrotó a los yanquis.)

“En tiempos en que la mentira reina el decir la verdad es un acto revolucionario.” – George Orwell

¡Que tremendo año fue el 2006! En julio, como ya lo ha reconocido el mismo PRI, Calderón se roba la presidencia y llega a la silla por medio de un acuerdo en la cúpula del PRIAN. Ese verano AMLO toma Reforma. Y esto causó un terremoto que se sintió hasta Washington.

Las imágenes de los campamentos y de las multitudes que asisten a las asambleas son transmitidas día y noche en los medios gringos. El nombre de AMLO se oye en todos los “talk shows” de política. Pocos saben quien es Calderón. En la Casa Blanca se cagaron. EEUU estaba comprometido en el medio oriente y su economía se estaba sobrecalentada comprando armamento. ¡Y ahora el patio trasero se les esta saliendo del huacal!

Para los yanquis era evidente que la clase política mexicana ha resultado demasiado estupida para poder seguir gobernando al país en nombre de Washington. El “A Team” norteamericano, encabezado por George Schultz, ex secretario de estado de Reagan, empezó a forjar una respuesta.

Mientras tanto en México era evidente que el movimiento obradorista seguía en pie. El ejército se había rehusado a entrar a Reforma. Le dijeron “no” a Fox: recordaban algunos de sus jefes todavía la gran deshonra de Tlatelolco. El PRI exigía que le dieran la silla en el 2012 a cambio de permitir que Calderón asuma la presidencia. En Oaxaca el pueblo estaba enardecido y el gobierno priista de URO se tambalea. El inútil de Fox no tiene capacidad de liderazgo y hasta declara que “él ya cerro el changarro”.

Con una situación color de hormiga Schultz convoca a una junta en Banff en septiembre del 2006. A esta asisten, por parte de México, el galleguito representando al “gobierno” entrante, los señorones del CCE, y por la izquierda vendida, Carlos Heredia Zubieta “representando al gobierno de Michoacán”, es decir a Lazarito y a su padre, San Judas Cuauhtemoc. Por parte de los yanquis asisten representantes de la CIA y del comando norte entre otros.

Por lo que toca a San Judas Cuauhtemoc, las instrucciones eran claras. Los Chuchos, incondicionales de San Judas Cuauhtemoc, tendrían que dividir a la izquierda y apoyar sumisamente al gobierno. El actuar de Jesús Ortega y Carlos Navarrete a partir de entonces se explica entonces: están siguiendo las órdenes de Washington.

Llegó Octubre. En Oaxaca ya había barricadas en toda la capital. El PRI demandaba que el gobierno federal apoyara a URO con pefepos. O si no, no había acuerdo y Calderón NO asumiría la presidencia. La torpeza de la clase política mexicana era evidente. Solo dan palos de ciego. Los gringos deciden hablarles golpeado. Tienen que poner orden. Ese octubre se presentan en Cuernavaca Karen Tandy y David Gaddis de la DEA para entrevistarse con García Luna y Medina Mora.

David Gaddis es un sicario de la DEA. Había desempeñado diversos cargos en Costa Rica y en Colombia. Luego fue transferido a México y para el 2006 era el director regional de la DEA a cargo de toda Norteamérica. Karen Tandy es una abogada, tejana, incondicional y lambiscona de Bush que fue designada encargada de la DEA en el 2003. Las ordenes que Tandy y Gaddis transmitirían a García Luna y Medina Mora eran claras: en cuanto Calderón entrara se iniciaría una guerra contra los carteles.

Hay que entender porque los yanquis consideraban que una guerra contra los carteles mexicanos les seria conveniente. Durante los noventas el trafico de drogas que venia de Colombia se desvío de Miami a México. O sea, el trafico NO disminuyo a pesar del mentado Plan Colombia (en que Gaddis había estado involucrado), solo cambio de ruta. La idea era que los mexicanos ayudarían a los colombianos a meter la mercancía a EEUU. Si el flujo se interrumpía los cientos de miles de adictos norteamericanos quemarían sus ciudades.

Inevitablemente hubieron fricciones entre los mexicanos y colombianos, ya viden lo cumpliditos y rectos que son los “empresarios” mexicanos. Finalmente los colombianos se cansaron y decidieron que les venderían el talquito a los mexicanos y que ellos se encargaran de mover y meterlo a EEUU. Es mas, para facilitar el transporte los colombianos hasta empezaron a fabricar submarinos que llevaban la mercancía hasta la costa del pacifico mexicano.

El narcotráfico se estima que es un negocio de unos 25,000 millones de dólares. Inevitablemente surgieron un carajal de carteles mexicanos, incluyendo a los Zetas, a la Familia Michoacana, Cartel del Golfo, etc., etc, que buscaban tener parte de este negociazo. Esto no les convenía a los yanquis. Y la razón NO es porque quisieran ellos detener el flujo de drogas (repito: si tal cosa ocurriera los ghettos de Nueva York, Chicago, Los Ángeles arderían). Además de que los bancos yanquis se hinchan con el lavado del dinero. (Por ejemplo, Texas Commerce Bank pertenece a la familia Bush y Chase Manhattan Bank pertenece a los Rockefeller.) Bajo Calderón los yanquis estimaban que buena parte del negocio de lavar dinero se iba a canalizar a través de bancos españoles y estos ya coqueteaban con los diversos carteles independientes. No, a los EEUU no le convenía que hubiera tanto “empresario” operando anárquicamente. Y no, el negocio de lavar dinero debería de seguir en manos de banqueros yanquis.

Gaddis sugirió utilizar la misma técnica que usó en Colombia: consolidar y “institucionalizar” a los proveedores. Y es que en Colombia, a raíz de la muerte de Pablo Escobar, los carteles colombianos los consolidó con éxito Gaddis. El cartel de Cali, los hermanos Castaños, y otros serian los “narcos autorizados” de los gringos. Mantendrían un flujo constante (para asegurar que las ciudades gringas no ardieran), lavarían su dinero a través de los bancos gringos (of course), y se mocharían con el gobierno colombiano y con el de EEUU. Así, viva la paz, ¿verdad? Y los gringuitos seguirían drogándose felizmente. En México el designado como el “narco preferido” (lo avalaba la iglesia católica) seria Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Por supuesto en Colombia la “institucionalización” del narco no fue sin broncas. Se tuvo que usar al ejercito colombiano y a mercenarios yanquis para lograrlo. O sea, las ordenes que trajeron Gaddis y Tandy incluian sacar al ejercito mexicano de sus cuarteles. Además, de esa manera se buscaría intimidar a la oposición contra el gobierno usurpador. Los medios se encargarían de mostrar al movimiento de AMLO como si fueran terroristas y se les buscaría provocar lo más posible para darle pretexto al gobierno para usar al ejército en contra de los amloistas.

Que quede esto claro. La guerra contra los carteles mexicanos fue iniciada a instancias del gobierno de EEUU para asegurarse de que (1) se consolidara al Chapo Guzmán como el “narco oficial” y (2) continuara el negocio de lavar dinero en los bancos yanquis. Las órdenes las transmitieron Tandy y Gaddis a los representantes de Calderón, Genaro García Luna y Eduardo Medina Mora, en octubre del 2006 en Cuernavaca. Toda la sangre que se derramo a continuación, la anciana de Zongolica, los descabezados, los chavos que murieron en Ciudad Juárez, la familia Esparza asesinada por el ejercito en un reten en Sinaloa, los pozoleados, los descuartizados, las persecuciones en que los soldados avientan cuete a lo pendejo en las calles de las ciudades mexicanas, los encajuelados, la niña en Reynosa que le toco una bala perdida de un guacho, etc., etc., TODO se le debe a Tandy y Gaddis y (por supuesto) a su jefe George W. Bush. Estos tres merecen ser expuestos y denunciados en el tribunal de la Haya por genocidio.

Y no, no excuso a los esbirros de Calderón ni al mismo usurpador. Estos cabrones dieron muestra de lo culoprontos y arrastrados que son sacando al ejercito a una guerra pendeja obedeciendo las ordenes de sus patroncitos de Washington. Y tampoco se debe excusar a los mandos del ejército, los generalotes maiceados, los que le han dado carta blanca a los pretorianos para allanar moradas, violar, robar, y asesinar. Bien lo expresa el general de brigada retirado don Samuel Lara Villa: “Calderón confía en los Generales porque están tan bien pagados como los Ministros de la Suprema Corte, los funcionarios del IFE o los Senadores y Diputados. Eso le hace creer que tiene comprada su lealtad. Pero el origen del Ejército Mexicano es la Revolución Mexicana y por eso el pueblo le entregó las armas de la nación…”

Lastima pero parece que el ejercito mexicano ya se le olvido de donde procede. Hasta capellanías militares ha instituido el gobierno cristero y ya humillan a la enseña patria bajándola ante la imagen de una puta virgen de no se qué. Debería darle vergüenza a Galván Galván portar esas plumitas de águila en la manga. Se supone que solo los que tienen algo colgando entre las piernas merecen llevarlas. ¿Y que del lema del H. Colegio Militar, “por el honor de México”, de donde Galván Galván es egresado? ¿Cuál puto honor? ¡Si los soldados mexicanos solo son ya los gatos de los gringos! El coronel Xicotencatl, los soldados de presidio de Ampudia, Felipe Ángeles, Rodolfo Fierro, el centauro Francisco Villa, Genovevo Rivas Guillen, el comodoro Azueta (que defendió bizarramente Veracruz en 1914) y miles mas de soldados mexicanos que si conocen el significado del “Honor de México” se han de estar revolcando de vergüenza en sus tumbas.

Sigamos otra vez los pasos de los nefastos Tandy y Gadis. Inmediatamente después de que estos dos gringos le dieron sus ordenes a Calderón se siguieron viviendo “tiempos interesantes”. Por principio, Oaxaca se incendio. El día de muertos del 2006 el pueblo oaxaqueño mandó a la chingada a los pefepos que Fox mandó a apoyar a URO. El burro parado tuvo que inundar Oaxaca de pretorianos y solo muy a huevo logró URO sostenerse en la silla. Solo así el PRI fue que dio su visto bueno para permitir a Calderon usurpar la presidencia.

Los gringos observaron la derrota de los pefepos con atención. Si toda la fuerza del estado mexicano apenas si podía sofocar un levantamiento popular en una ciudad provinciana, ¿acaso podrían con los carteles? En el pentágono empezaron a desempolvar los planes pertinentes a una intervención en México.

Llego el último dia de la nefasta presidencia del burro parado. Fue en la madrugada del primero de diciembre del 2006 que las armas mexicanas se cubrieron de mierda. Según lo relata Lara Villa: “desde la víspera de la toma de posesión, en ceremonia nocturna inventada al efecto por los Altos Mandos en el Campo Militar Marte, estos hicieron posible su instalación y protesta de ley al día siguiente con un despliegue de fuerza en la Cámara de Diputados del que solo es capaz en la nación el Ejército Mexicano…” O sea, en el clásico estilo de las imposiciones santannistas y de los gorilatos sudamericanos y con el aval de los maleantes del PRI los pretorianos del ejército mexicano impusieron a un usurpador en la silla. Se consumó un golpe de estado para poder cumplir con las ordenes de los patroncitos güeritos.

Luego en noviembre AMLO le dio a su vez bases firmes a su movimiento asumiendo la presidencia legítima y anunciando que definitivamente su gente no se iba a ir a la lucha armada. La estrategia seria organizarse y consolidarse pacíficamente para rescatar la presidencia en el 2012. Esto causó el fracaso de la estrategia de buscar provocar a los amloistas para darle excusa al gobierno de utilizar a los soldados contra ellos.

Veamos las cosas desde el punto de vista de Calderón. El infeliz es un mediocre con una educación confesional de pueblo mocho de provincia y no cuenta con la menor pizca de cultura (“…la constitución mexicana define al matrimonio como la unión de un hombre y una mujer…”). Asume el poder en una ceremonia ridícula de medianoche y como primera orden su patrón de Washington le ordena irse a la guerra (“…a los cuantos días nos fuimos a la guerra…” declararía García Luna. Ver http://www.eluniversal.com.mx/primera/34337.html).

Y este mocho ignorante que usurpa la presidencia no tiene ni la más remota idea de lo que significa empezar una guerra. Cree que con ponerse una chaqueta verde ya es Rommel. Probablemente Calderón en su triste vida había oido de Karl von Clausewitz, el teórico prusiano de la guerra. La gran tragedia de México es que el usurpador no tiene ni la mas remota idea de las ideas del teutón y por eso esta guerra no llevara a nada bueno.

La filosofía de Clausewitz se centra en lo él que llamo la “gran trinidad de la guerra” (wunderliche Dreifaltigkeit). El primer sostén de ese andamiaje es utilizar las emoción más básica –el miedo—para enfocar los esfuerzos de la ciudadanía en contra del enemigo. Goering lo explicó claramente: “Seria de necios pensar que el vulgo quiere una guerra. Eso es cierto en Alemania, en Rusia, en EEUU, en todos lados. Pero son los gobernantes los que dictan que se va a hacer y entonces es fácil arrastrar a los ciudadanos a una guerra. No importa si se trata de una monarquía o dictadura o democracia esto es cierto. Hacer que los ciudadanos hagan lo que los líderes quieren es muy fácil. Solamente hay que insistirles que los enemigos externos los amenazan y que están en peligro mortal y denunciar a los pacifistas diciendo que ponen en peligro a la nación. Hacer esto funciona en cualquier país.”

Antonio Sola entiende el primer concepto de la trinidad de Clausewitz. De ahí que invento lo del “peligro para México”. Es evidente que los gringos también entienden el primer concepto. Nadie aprende de las victorias, solo de las derrotas. Y Vietnam forzó a los militares yanquis a estudiar al teutón con ahínco. He documentado que desde hace varios años la intención del gobierno gringo era presentar a los carteles mexicanos como “un peligro para la seguridad de EEUU” (ver la columna La Intervención Que Viene http://sdpnoticias.com/sdp/columna/pomponio/2010/01/03/559474). El esparcir miedo es el requisito necesario para la primera pata de la trinidad.

Pero Calderon pierde rapidamente credibilidad. Nadie puede seriamente creerle que en verdad la guerra es para “evitar que la droga llegue a tus hijos” si las narcotienditas operan impunemente en toda la republica. Desesperado, el gobierno solo sabe emitir spots pendejos que no convencen a nadie. No tienen entonces ni idea de cómo erigir la primera pata de la trinidad.

El segundo punto de la trinidad de Clausewitz es reconocer que hay un elemento aleatorio, de suerte, en toda guerra. Napoleón, cuando pedía información sobre un subordinado no le interesaba saber si este era valiente –en la Grand Armee eso se daba por sentado—sino si el fulano en cuestión era suertudo y la fortuna lo favorecía. Ahí los gringos pronto se han de haber dado cuenta que Calderon nomás no daba el kilo. El usurpador está mas salado que la bragueta de un pescador. El hecho es que su gobierno ha ido de fracaso en fracaso en TODOS los ámbitos. ¿Por qué no iba a ser la guerra esta otro fracaso? Es inevitable que la segunda pata de la trinidad de Clausewitz, la columna aleatoria, también se derrumbó con Calderón.

El tercer punto de la trinidad requiere que se aplique el intelecto a la guerra. Esto consiste en las labores de inteligencia, fijar objetivos realistas, buscar alternativas, en suma, usar la imaginación. Ahí otra vez la caga el liderazgo mexicano. Si, los gringos les han dado cantidades de equipo de monitoreo electrónico (la plataforma Mexico) al CISEN y SSP. Sin embargo, los pitazos (como el que llevó a la muerte de Beltrán Leyva en Cuernavaca) todavía se originan en la oficina de la DEA en México. O sea, ese equipo lo usan los Yoni Inglish mexicanos solamente para surfear en www.supernalgonas.com. Y el resto de las tácticas mexicanas consisten en retenes y aventar cuete a lo pendejo. No hay imaginación en la SEDENA. El gran Morelos se ha de esta revolcando en su tumba de pura rabia. La tercera pata de la trinidad tampoco se sostiene.

Y por ultimo, Clausewitz también hablo de los objetivos de una guerra. Estos deben de estar muy claros, decía el teutón, si no, la población no los apoyara. Obviamente a Tandy y Gaddis les importaba una chingada lo que pensaran los mexicanos y le ordenaron a Calderón que iniciara la guerra sin el mínimo apoyo de la población.

Bien, si no había apoyo, ¿cuáles eran entonces los objetivos de esta guerra? ¿Eran objetivos “realistas”? ¿Se trataba de recuperar las plazas ocupadas por el narco? ¿Y acaso el ejercito puede llamar “recuperada” a Ciudad Juárez o Culiacán o Monterrey o Reynosa? Y si el objetivo era eliminarle enemigos al Chapo Guzmán, ¿no se les ocurrio que bien podían haber ofrecido “institucionalizar”, es decir, darles su parte del pastel, a sus rivales? Esa era la táctica del PRI, darles hueso a toda facción que estuviera chingando para tenerlos satisfechos.

El caso es que por su torpeza e ignorancia el usurpador ha fracasado en su “guerra”. Hay 18,000 mexicanos muertos. El 5% de los muertitos, 900 personas, son civiles inocentes (la anciana de Zongolica, los chavos de Ciudad Juárez, la familia Esparza, los chavos del Tec, etc., etc.). Otro 12.5%, 3000 personas, pertenecen a los tres niveles de gobierno (soldados, AFI’s, alcaldes, regidores, un secretario de gobernación, etc., etc.). La probabilidad de que en México le den a uno un tiro a lo pendejo es mayor que la de ganarse la lotería tejana (ver http://sdpnoticias.com/sdp/columna/pomponio/2009/08/23/474710).

¿Qué sigue entonces? Es evidente que los gringos le han perdido toda confianza a Calderón y a su gobierno. Napolitano ya anda llamando inútiles a los soldados mexicanos. Para mí que los EEUU han decidido que van a tener que intervenir directamente, es decir, metiendo marines a territorio nacional. Varios intelectuales desdeñan esta posibilidad argumentando que los yanquis siempre han tenido a la clase política para hacerles el trabajito de explotar a México en su nombre. Mi punto es que ese es precisamente el problema: la clase política mexicana ha fracasado y la paciencia de los yanquis ya se agotó. Sigue entonces la intervención armada.

Como siempre, los gringos tratan de actuar dándose baños de pureza y tratando de hacer ver como que tienen autoridad moral. Para ello necesitan fabricar mas atentados en México. Esto a la vez esperan que hará que la población les de la bienvenida a sus tropas de ocupación. No me sorprendería entonces si la muerte de los tres empleados del consulado no haya sido ejecutada por la Blackwater. Podemos esperar mas de estos atentados. Esta semana la Hillary Clinton viene a hablarle golpeado a FECAL y a advertirle que no le haga de tos si los mercenarios desencadenan “los perros de la guerra”. Los patriotas deben tener la cabeza fría y el corazón caliente y no dejarse llevar por las mentiras oficiales. También, el liderazgo del movimiento debe ejercer todas las precauciones del caso.