Enrique Peña Nieto podría ser acusado de revelación de secretos, pues él mismo dio a conocer el Pacto de Bucareli, suscrito en su nombre por Luis Enrique Miranda, su secretario de Gobierno, el 30 de octubre.
Con el funcionario mexiquense signaron el documento el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont —quien puso su oficina al servicio de dos partidos políticos para la suscripción de un acuerdo electoral, materia fuera del alcance del funcionario—, Beatriz Paredes y César Nava, presidentes del PRI y del PAN, respectivamente (antaño no habría necesidad de usar este adverbio pero ahora se precisa su uso para evitar con fusiones).
El pacto se mantuvo en secreto durante meses hasta que el gobernador mexiquense, a quien se augura como inexorable meta la Presidencia de la República, reveló su existencia. El líder panista negó su existencia y luego, quizá como acto de contrición y propósito de nunca más actuar en tal sentido, entregó copias de su copia a los medios de información. Al hacerlo podría incoarse a Nava un procedimiento de la misma naturaleza, por hacer públicos acuerdos que eran incumbencia de muy pocos. |