La mañana del viernes, a pesar de tener a su lado a Alejandro Poiré, vocero de la narrativa anticrimen del gobierno federal, el mandatario erró durante la mesa de conclusiones de los diálogos por la seguridad, en el Campo Militar Marte.
El mandatario señaló "el homicidio del Ministerio Público que había tenido el primer conocimiento de estos datos respecto de los migrantes".
Minutos después, ante el rector de la UNAM, José Narro, líderes empresariales, religiosos y académicos, Calderón corrigió.
"Hace rato había señalado que había fallecido el Ministerio Público que tomó, en primer lugar, datos de esta investigación; me informa el secretario de Gobernación que el procurador del estado de Tamaulipas acaba de informar, hace unos minutos, que el Ministerio Público de estos homicidios, ciertamente, está desaparecido, pero no se reporta información acerca de su fallecimiento.
"Entonces, rectifico de inmediato este tema y, obviamente, estamos investigando al límite de nuestros recurso este delicado asunto", puntualizó.
Entre puentes y pandillas Una tarde de marzo, el presidente Felipe Calderón supervisó el gran puente Baluarte, que une dos montañas y dos estados, Sinaloa y Durango.
Son más de mil metros y en medio el vacío, al fondo el río.
Es una impresionante obra de ingeniería mexicana.
Será el puente más grande de América Latina, describió el mandatario.
Y sólo media hora después de vuelo en helicóptero, en plena zona boscosa de Durango, Calderón lanzó en otro acto un "me equivoqué porque me pasaron la información imprecisa.
Ya alguien ahí pagará allá en mi oficina en el área de discursos".
Resultó que el puente será el más grande, pero de todo el Continente.
Otra vez, declaró muerto a Francisco Serrano Aramoni, ex funcionario aduanal de Veracruz, y su propia oficina de prensa lo desmintió; tachó de pandilleros a jóvenes de Ciudad Juárez y tuvo que ofrecer disculpas; decretó la muerte por gastritis de Ernestina Ascencio y no por violación por militares de una indígena de Zongolica, Veracruz, y generó un escándalo.
¡Haga algo, señor presidente! Es 2 de febrero.
Tokio, Japón.
Ante la unión de periodistas Calderón habló, antes que cualquier otro mensaje, de su pesar por la muerte de jóvenes asesinados en una fiesta en Ciudad Juárez.
Anticipó que la muerte fue ejecutada "probablemente por otro grupo con quien sostenían, es una de las hipótesis que se investigan, ciertas rivalidades".
Y añadió: "Esta violencia entre grupos criminales se ha extendido de una manera muy preocupante a grupos de jóvenes, asociados en bandas, en pandillas juveniles, Los Aztecas y Los Mexicas, así llamados, y que han llevado un enorme deterioro y actos de barbarie, como los que, probablemente sea el caso, se hayan presentado el domingo pasado".
Los familiares no soportaron el peso de la acusación.
Protestaron.
Y días después, el 11 de febrero en Ciudad Juárez, rectificó: "Cualesquiera que hubieran sido el sentido de mis palabras, les dije a aquellos padres de familia que les presentaba y les ofrecía la más sentida de las disculpas, si cualquiera de esas palabras hubiera ofendido a ellos o a la memoria de sus hijos".
Semanas después, el 12 de febrero Calderón se enfrentó al reclamo de una madre.
Luz María Dávila se plantó ante la mesa que encabezaba el mandatario y le espetó: "No puede ser que diga que eran pandilleros, si estudiaban y trabajaban".
Fue un encuentro inusual.
Doña Luz María le dijo que no podía darle la bienvenida ni saludarlo de mano.
Margarita Zavala, esposa de Calderón, se mostró impactada ante el reclamo.
"Si usted perdiera un hijo buscaría hasta debajo de las piedras a los responsables, pero como yo no tengo esas posibilidades, no lo puedo hacer.
"No me diga que sí, ¡haga algo, señor Presidente!, le espetó.
Funcionario desaparecido En Antón Lizardo, Veracruz, Calderón dijo el 21 de abril durante la ceremonia conmemorativa del 96 aniversario de la Defensa del Puerto de Veracruz y jura de bandera de los cadetes de primer año de la Heroica Escuela Naval Militar, el presidente Felipe Calderón reconoció la labor de los marinos en la lucha contra el narco y citó la captura de dos presuntos delincuentes.
"Ha sido el caso, por ejemplo, de Braulio Arellano, alias El Gonzo, líder de Los Zetas en este estado; o de José Osiris Cruz, criminal y presunto secuestrador de un funcionario administrador de la Aduana de este puerto, quien fuera encontrado asesinado, por citar dos ejemplos recientes", aseguró ante cadetes, funcionarios y periodistas.
Casi seis horas después en el comunicado CGCS-67, la Presidencia de la República desmintió a Calderón: "La referencia en el sentido de que el señor Serrano Aramoni había sido encontrado asesinado es una información errónea, basada en versiones ofrecidas por personas implicadas en las averiguaciones, las cuales no han sido corroboradas.
Por lo tanto, el señor Serrano Aramoni está en calidad de desaparecido".
Alguien pagará en los pinos En el municipio de Pueblo Nuevo, Durango, el 11 de marzo de 2010, no sólo hacía frío.
Un error presidencial quedó al descubierto.
"Yo me acuerdo, en alguna gira que hicimos con el señor gobernador, cuando íbamos a empezar las obras de esta importante carretera Mazatlán-Durango.
Por cierto, hace rato estuvimos ahí, en el punto impresionante del Puente Baluarte, es un puente, para que se den ustedes una idea, que cuando esté terminado la carretera va a pasar a casi 400 metros arriba del río.
"Y además, el puente va a medir como un kilómetro y cuarto de largo.
Pero eso no es todo, sino que además va a tener un claro, es decir, va a tener un tramo de puente sin columnas de casi 600 metros, lo cual yo dije que iba a ser el puente más grande en su tipo en América Latina, y me equivoqué, porque me pasaron la información imprecisa, ya alguien ahí pagará allá en mi oficina en el área de discursos lo que pasó, pero el hecho es que no es el puente más grande de América Latina, va a ser el más grande de toda América, incluyendo Estados Unidos y Canadá".
Entre Benedetti y Arjona El presidente Felipe Calderón confundió el 27 de octubre de 2009 en Guatemala a un uruguayo con un guatemalteco.
En un discurso pronunciado en la frontera entre Guatemala y México, para la inauguración de algunas obras, dijo: "Como diría un admirado guatemalteco, por lo menos admirado mucho por mí y por mi esposa (Margarita Zavala), Ricardo Arjona: el sur también existe y aquí lo estamos demostrando.
El sur también existe y es vital para nosotros".
Pero El sur también existe es del poeta uruguayo Mario Benedetti y quien lo hizo canción fue el español Joan Manuel Serrat.
Torres Bodet, de la SEP a SSP El 4 de marzo de 2009 un gazapo presidencial cambió el cargo a quien fuera secretario de Educación, Jaime Torres Bodet.
El presidente Calderón dijo que Torres Bodet fue secretario, pero de Seguridad Pública.
"Simplemente termino recordando a Jaime Torres Bodet, insigne escritor mexicano y en su momento secretario de Seguridad Pública", durante la entrega del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008 en donde habló de la necesidad de estimular la lectura en México.
En los diálogos por la seguridad, llevados a cabo en las últimas dos semanas, Calderón escuchó el reclamo de los yerros en comunicación para informar de la guerra al crimen.
Lo admitió como Talón de Aquiles de su gobierno y enseguida designó a Poiré como portavoz de la narrativa oficial de la lucha anticrimen.
Los fantasmas del pasado En el sexenio anterior, el presidente Vicente Fox fue pródigo en yerros discursivos: En el Congreso de la Lengua Española en Madrid ante el Rey Juan Carlos de España, le cambió el nombre al escritor argentino Jorge Luis Borges, al llamarlo José Luis Borgues.
Dijo en otra ocasión que "América Latina debe huir de la dictadura perfecta, como dijo el premio Nobel colombiano de Literatura, Mario Vargas Llosa" (peruano y nunca ha recibido tal distinción).
En mayo de 2005, cuando apuntó que en Estados Unidos los inmigrantes mexicanos hacen trabajos "que ni siquiera lo negros quieren hacer", y el 8 de febrero de 2006 expresó que el 75% de los hogares mexicanos tenía lavadoras "y no precisamente de dos patas", en alusión a las mujeres.