jueves, 16 de septiembre de 2010

Bicentenario Disney

He visto Holiday on Ice, fatigado (gran verbo), los espectáculos de Orlando, sufrido los desfiles horrendos de Disney, visto sin ver la inauguración de las Olimpiadas y el Mundial del Futbol, y lamentado (ah, la voz pasiva) la carnavalada del Centenario y el Bicentenario

Rafael Pérez Gay

Abro esta crónica con una confesión: los desfiles logran en mí un efecto anestésico. Sabía que algo así podía ocurrirme, perder la conciencia viendo (ah, el gerundio) una parada delirante. He visto Holiday on Ice, fatigado (gran verbo), los espectáculos de Orlando, sufrido los desfiles horrendos de Disney, visto sin ver la inauguración de las Olimpiadas y el Mundial del Futbol, y lamentado (ah, la voz pasiva) la carnavalada del Centenario y el Bicentenario.

A las seis de la tarde la amenaza de lluvia se había retirado del cielo de la ciudad y al pie del Ángel una modesta multitud tomaba su lugar detrás de las vallas. Las autoridades locales y federales lograron convencer a la sociedad de la capital con sus estrictas medidas de seguridad de que, más que celebrar el aniversario del Grito de Dolores y el principio de la Independencia, la ciudad esperaba un cruento ataque de fuerzas enemigas: cantidades industriales de policías, vallas, retenes, blindaje de veinte kilómetros. Siempre hay cosas que nos hacen pensar que vivimos dentro de un gran manicomio. El secretario de Seguridad Pública, Manuel Mondragón, pidió a los capitalinos ver la conmemoración por la televisión, el gobierno federal invitó con llamadas telefónicas a los ciudadanos a celebrar en sus casas. Para llegar a este día pasaron varios años, suficientes para demostrar no pocas ineptitudes administrativas, históricas, burocráticas; se nombró a por lo menos cuatro o cinco directores de la celebración del Centenario y el Bicentenario, se contrató a un genio australiano, se pasearon los huesos de los próceres; en fin, un torrente. Todo esto ha terminado en un mensaje: nos hemos gastado casi 4 mil millones de pesos, tiramos la casa por la ventana, pero, por favor, vea el Grito por la televisión y en la comodidad de su hogar porque en las calles el cupo es limitado. Pues lo hubieran montado todo en un foro televisivo y ya estamos, más barato, más rating, más seguridad para la población. ¿No estamos todos locos?
Leer mas...AQUI