jueves, 2 de diciembre de 2010

Oaxaca: La “guerra de baja intensidad” contra la Autonomía. (Parte II)

ras le teorización de la brutalidad militar-paramilitar desde las escuelas de guerra francesa-norteamericana, se da la exportación a América, los pueblos de México sufren las aplicaciones prácticas

Daniel Arellano Chávez, Neri Martinez Hernandez y Ricardo Trujillo Gonzalez

De los Halcones y la Brigada Blanca a la Caravana de la Muerte, Paz y Justicia y la UBISORT”

Las décadas de los 60´s y 70´s del siglo XX en México, estuvieron llenas de levantamientos populares, pacíficos o armados, que se negaban a la sumisión del régimen que había nacido tras la Revolución de 1910, régimen que nació eliminando las aspiraciones indígenas y populares, asesinando a los revolucionarios que habían reivindicado la transformación profunda del país; Villa, Zapata, Magón asesinados junto a un millón de personas, para que la “familia revolucionaria” triunfante (antiguos porfiristas civiles y militares, liberales burgueses, hacendados y revolucionarios sometidos, junto a los intereses norteamericanos) impusiera el autoritarismo y se perpetuara en el poder.

Sierra de Guerrero exterminio insurgente.

Genaro Vásquez Rojas y Lucio Cabañas Barrientos, maestros rurales, participantes activos de las movilizaciones en sus comunidades, perseguidos, testigos y sobrevivientes de masacres en contra de sus pueblos, se alzan en armas; sus exigencias van desde la lucha contra los caciques locales, hasta la transformación del país. Resisten en la Sierra y son los responsables de que la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR), y el Partido de los Pobres (PDLP) con su Brigada de Ajusticiamiento causen el mayor número de bajas al Ejército Federal desde los tiempos de la Revolución; el poder no perdona la osadía.

“Se realizan catorce campañas militares para aniquilar a ambas organizaciones subversivas. Baloy Mayo las documenta con amplitud en su libro La guerrilla de Genaro y de Lucio. En la primera, luego de que Lucio entrara en la clandestinidad por la matanza de Atoyac de 1967, el ejército hizo rondines “pacíficos” en la Sierra de Atoyac, que bajo la apariencia de programas médicos o deportivos intentaban ganarse la confianza de los pobladores. En la segunda después de la matanza de Tlatelolco, cuando Genaro y Lucio comienzan a actuar, se recurre a los grupos paramilitares formados por los guardias blancas de los caciques, e inician las incursiones violentas en las poblaciones serranas”[1]
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