¿Cree usted que esta elegante joven, que está volteando a su derecha y a pesar de no poder verle el rostro completo, es hermosa?
Desde épocas remotas, el hombre que detenta el poder ha tratado de persuadir a los demás para que hagan lo que él desea. Para ello utiliza la fuerza, el control económico, político, religioso y, el más efectivo en épocas recientes, la manipulación televisiva a través de mensajes subliminales.
¿Qué es un mensaje subliminal?
Es un mensaje directo, efectivo, manipulador y que está dirigido al subconsciente, es decir que la parte consciente del cerebro no lo puede captar, pero el inconsciente sí. De hecho, el 90% de nuestras acciones son orquestadas en el subconsciente.
Subliminal proviene de las raíces latinas: sub=abajo y limen=umbral. Es la señal mínima necesaria que requiere un sistema para activarse, dirigida por debajo del consciente.
El mensaje subliminal no puede ser visto a simple vista, pero el cerebro si lo registra y lo almacena:
La publicidad comercial es una especie de terapia psicosocial destinada a satisfacer los intereses económicos, políticos y sociales de la sociedad consumista-capitalista, ya que con su acción pretende:
1) Incitar al consumo compulsivo para que el ciclo consumista no se detenga nunca, con los consecuentes beneficios económicos que ello tiene para los capitalistas, capaces de vender cualquier cosa innecesaria con tal de ganar dinero. Crean necesidades.
2) Someter y alinear al ciudadano bajo el esquema de sentido de la vida impuesto por los códigos simbólicos presentes en los anuncios, con tal de que no renuncie nunca a perseguir los fines materialistas, individualistas, competitivos, egoístas y consumistas, impuestos por la estructura económica y clasista que sustenta todo el entramado social. Generan antivalores y nos hacen creer que es más importante el aspecto material que el afectivo.
3) Atacar la libertad individual al fomentar las decisiones irracionales e impulsivas, frente a las decisiones racionales, todo ello tras haberse realizado un minucioso análisis de los deseos, pasiones, pulsiones, necesidades y conflictos psicológicos profundos de los potenciales compradores. Sometimiento incosciente.
Antes de entrar a explicar la manipulación que sufrimos mediante la neuroplasticidad cerebral, es necesario dar un repaso rápido a la estructura del cerebro.
El cerebro se divide en varias regiones interconectadas por medio de células nerviosas altamente especializadas (neuronas) para la transmisión de información. Al nacer, un cerebro típico posee más de 100 mil millones de neuronas, las cuales con el tiempo disminuyen gradualmente.
Cada neurona tiene un cuerpo celular, un axón principal y miles de ramificaciones llamadas dendritas, que reciben información y se interconectan con otras neuronas.
Los puntos de interconexión se llaman sinapsis. Cada neurona puede establecer de mil a diez mil sinapsis con otras neuronas. La señales pueden ser de encendido o apagado, de excitación o inhibición. Es decir, algunas sinapsis disparan o activan, mientras que otras calman o inhiben.
Para no aburrir con la anatomía del cerebro, baste saber que éste se divide en dos grandes hemisferios, izquierdo y derecho, interconectados por el cuerpo calloso. Cada hemisferio se divide en cuatro áreas o lóbulos que son: frontal, temporal, parietal y occipital.
Justo en el centro del cerebro se encuentra el sistema límbico, el cual consta del tálamo y por debajo de éste, el hipotálamo o cerebro primitivo. El sistema límbico consta también del hipocampo, giro cingular y la amígdala, la cual es especialista en asuntos emocionales. A la amígdala también se le conoce, en el bajo mundo de la inteligencia emocional, como la central de alarmas, ya que está estructura se activa ante cualquier situación de riesgo antes que la corteza cerebral, la zona racional del cerebro, pueda determinar si algo es peligroso o no.
Investigaciones recientes han demostrado que la amígdala es más grande en las personas con tendencias conservadoras, mientras que en las personas progresistas es de menor tamaño.
Una vez que ya vimos de manera superficial la estructura del cerebro, ahora viene la pregunta del millón ¿Cómo funciona?
Existen dos teorías que intentan explicar cómo es que funciona el cerebro: Por un lado están los modularistas, quienes sostienen que cada parte del cerebro es específica para determinadas acciones, y por la otra los holistas, quienes sostienen que todo está interconectado y que cada parte del cerebro actúa en coordinación con las otras. Ambas son complementarias, ya que los datos clínicos que arrogan las investigaciones y diagnósticos en pacientes se pueden explicar con las dos teorías.
Teniendo como antecedente estos datos, lo que a mi interesa demostrar es que la manipulación que ejerce la televisión en la población modifica las conexiones sinápticas del cerebro y hace del individuo un ente acrítico, ignorante, mediocre, sumiso, apático y manipulable.
Un descubrimiento muy importante, para tratar de demostrar la manipulación perversa de la televisión, fue saber que el cerebro posee una característica que lo hace único, es capaz de crear nuevas conexiones sinápticas en zonas que han sufrido daños o que han dejado de funcionar por cuestiones patológicas o mecánicas. A esta importante característica se le conoce como neuroplasticidad.
El Dr. V. S. Ramachandran ha utilizado y demostrado la neuroplasticidad en el cerebro. Él es un neurólogo de la india y es uno de los mejores científicos especialistas del cerebro.
Con experimentos realmente simples, pero no por ello ingeniosos, ha logrado reconfigurar las conexiones sinápticas de los pacientes amputados que sufren trastornos cerebrales conocidos como “fantasmas del cerebro”. Un paciente amputado que sufre de está patología es capaz de seguir sintiendo dolor y/o molestias en la extremidad amputada. Pues bien, con la neuroplasticidad, el Dr. Ramachandran ha logrado curar a estos pacientes utilizando espejos para que el paciente reconfigure su cerebro y elimine las molestias por medio de efectos visuales, entre otras técnicas.
Como ya vimos, las dos grandes regiones del cerebro llamados hemisferios tienen funciones especiales cada una de ellas. Mientras que el hemisferio izquierdo es más racional y analítico, el derecho es más emocional.
Pues bien, los mensajes subliminales que utiliza la televisión están diseñados para atrofiar las conexiones sinápticas del hemisferio izquierdo y potenciar las del hemisferio derecho, de tal manera que se ataca la parte analítica del individuo y se estimulan las emociones para que éste sólo sienta, pero no razone. Además, potencian las áreas del cerebro encargadas de la memoria a corto plazo -bombardeando con información basura, trivial o intrascendente-, para que no se dé, o se pierda, la memoria histórica. Por ello es que los individuos que están expuestos a la televisión por más de 3 horas al día dejan de recordar los agravios que han sufrido en el pasado por parte de la clase parásita que desgobierna. No razonan y se limitan a aceptar lo que les transmiten sin cuestionamientos.
En un estudio realizado en Inglaterra se demostró cómo influyen los mensajes subliminales en la población a la hora de tomar alguna decisión. El experimento fue muy simple: Se le invitaba a la gente a observar un comercial de un automóvil en una pequeña sala de cine. Al terminar la proyección se le invitaba a tomar una fruta de una vianda; resulta que el 73% de las personas eligió un plátano, ya que durante la transmisión del comercial insertaban la imagen de un plátano, de manera subliminal, para condicionar su elección. Algunos de los individuos manifestaron que no sabían el porqué habían elegido el plátano, siendo que nunca les ha gustado ese fruto.
Si en una sola exhibición se logra manipular al 70% de la población, imagínese usted lo que logran 12 000 mensajes de comida chatarra en nuestra niñez. Así es, cada año las empresas productoras de alimentos chatarra bombardean a nuestros hijos con 12 000 comerciales de sus productos en la televisión. Por ello es que ahora somos el primer lugar en obesidad infantil. ¿Dramático, no cree usted?
Pues bien, los medios masivos de comunicación utilizan los mensajes subliminales, ya sea en comerciales, programas de “entretenimiento”, música o espectaculares, para someter a la población y mantenerla manipulada. La manipulación perversa es utilizada en todos los aspectos sociales: comercial, político, educativo, alimentario, religioso, etcétera. Por ello es importante tomar nota de esto y dejar de ser manipulados, ya que la atrofia cerebral que sufrimos nos lleva a un estado de inconciencia, en el cual dejamos de utilizar el sentido común y la lógica elemental, sin los cuales no podemos hacer juicios razonados en torno a nuestra realidad.
Esta forma de manipulación es gradual, es decir que nos cocinan a fuego lento para que seamos permisivos y perdamos nuestra capacidad de asombro. Pongo como ejemplo el alza en los combustibles, donde nos aplican un incremento pequeño, pero gradual y constante, para que no protestemos y lo vayamos asimilando poco a poco. Esta manipulación gradual es tan efectiva que nos inhiben nuestra capacidad de asombro, tan es así que los casi 40 mil muertos por la “guerra contra el narcotráfico", ya no nos alarman ni generan una reflexión por parte nuestra. Nos han hecho “pensar” que la corrupción de los políticos es un fenómeno natural en cualquier “democracia”. Nos inculcan valores de mercado, sin tomar en cuenta el grave daño ecológico que ocasiona el consumismo y los procesos de producción de los “satisfactores” creados por el capitalismo salvaje. Nos “enseñan” que los antivalores son cuestiones “normales” en cualquier sociedad. Nos dicen que una persona activista es un revoltoso y que no tiene otra cosa qué hacer, “ya pónganse a trabajar” dicen los alienados. Cuando ocurre una tragedia, como la explosión de los ductos de PEMEX en San Martín Texmelucan, nos muestran los daños, pero no nos dicen las causas. Nos culpan de la violencia e inseguridad, pero si alguien clama justicia, caso Marisela Escobedo, lo asesinan. Nos mienten con datos falsos y estadísticas a modo para que aceptemos lo que ellos quieren, pero si alguien cuestiona, entonces clasifican la información hasta por 12 años. Etcétera, etcétera.
Para evitar seguir siendo víctimas, de la manipulación perversa que ejerce la oligarquía parásita, corrupta, fascista, asesina, apátrida, impune, cínica, hipócrita y delincuencial a través de la televisión, les sugiero que hagan este pequeño experimento:
Por un día no vean nada de televisión ni oigan la radio ni escuchen música. Ustedes se darán cuenta que al dejar de tener secuestrada la razón por el bombardeo “informativo”, empezarán a darse cuenta del flujo de ideas que hay en su mente. Y lo más importante, serán capaces de darse cuenta que sí pensamos por cuenta propia, sin necesidad de tener la mente ocupada en trivialidades, chismes del espectáculo, big brother, futbol, telenovelas, la academia, bailando con la piruja de mis sueños, etcétera.
Si continúan este experimento y lo prolongan días, semanas y/o meses, llegarán a tener un grado de conciencia tal que empezarán a utilizar el sentido común y la lógica elemental, los cuales son procesos mentales que sufren atrofia cuando se ha estado expuesto a tantos años de manipulación neuroplástica.
La televisión nos manipula, condiciona, promueve antivalores y moldea nuestra mente, utilizando la neuroplasticidad que posee nuestro cerebro. La televisión nos dice que comer, que beber, que vestir, que oir, como hablar y, lo peor de todo, que pensar.
¿Cree usted que esta anciana cabizbaja, de gran naríz y mentón prominente, está triste?
Siempre que vea esta imagen lo primero que usted reconocerá es a la elegante joven, porque así fue como se lo mostré a su cerebro en un principio. Haga usted el mismo experimento con algún familiar o amigo, pero ahora invierta las imágenes. Primero muestre a la anciana y después a la elegante joven, y vera que cuando le muestre nuevamente la imagen, la persona reconocerá primero a la anciana y después a la joven.
Citando a la valiente periodista Anabel Hernández, digo: Como padre, como hijo, como hombre y como profesionista, estoy convencido de que las cosas sí tienen solución, pero antes tenemos que conocer nuestra realidad. No podemos luchar si seguimos dejándonos manipular.
Liberate de las telarañas mentales que han tejido en tu cerebro la televisión y la iglesia pederasta y corrupta:
CALLE 13 CALMA PUEBLO from PACOAGUAYO on Vimeo.
Por ello, para ya no seguir siendo manipulados:
¡¡¡POR SALUD MENTAL APAGA LA TELEVISIÓN Y LEE UN LIBRO!!!
Bibliografía:
Ramachandran V.S., Sandra Blakeslee, 1999 “Los fantasmas en el cerebro”. Debate, S.A.
Goleman Daniel, 2000 “La inteligencia emocional”. Vergara.
BBC (2007): “El Siglo del Individualismo”. Documental:
Las diez estrategias de la manipulación de Noam Chomsky