miércoles, 1 de junio de 2011

En Brújula Metropolitana: El yugo mediático en América Latina, por Sam Fouilloux


En el círculo de estudios Brújula Metropolitana nos acompañó la Mtra. Samantha Fouilloux para platicar sobre el gran poder que tienen los medios masivos para influir en los movimientos sociales.
Samantha, quien es Lic. en Informática y Mtra. en Administración, también es activista y colaboradora de Radioamlo.
Samantha, en la plática de hoy nos expuso con claros ejemplos como algunos medios han manipulado imágenes públicas como la del Presidente Hugo Chávez, Evo Morales o Andrés Manuel López Obrador, para generar en las personas ideas falsas sobre sus características.
Las técnicas de manipulación mediática han mejorado a medida que se ha invertido grandes sumas de dinero en investigar la mejor manera de manipular. Las nuevas teorías de la persuasión enseñan que es importante el entorno en que se da un mensaje, que debe ser una idea simple y repetida, que debe ser expuesta por personas con credibilidad y que influye la música, los colores y el tono de voz con que se dice el mensaje, ya que la intención es generar una emoción y no un pensamiento racional.
Difundir mensajes falsos que generen miedo, como fue en 2006 decir que Andrés Manuel López Obrador era un peligro para México, tuvo impacto en las personas de clase media y bajos recursos, principalmente. Tuvo mayor impacto en personas de escasos estudios o desinformadas. Este tipo de mensajes, que fueron claramente violatorios de la ley electoral, se puedieron transmitir ampliamente porque los monopolios televisivos tienen grandes intereses económicos que no quieren que se vean afectados. Así sucedió también en Venezuela, donde se generaron campañas mediáticas contra el Presidente Chávez, que incluso llegaron a un golpe de Estado.
La manera de contrarrestar estas falsas campañas es exponiendo a las personas a la realidad, como hicieron los cubanos, cuando ante el acoso mediático por los juicios revolucionarios posteriores a su triunfo, convocaron a periodistas para que constataran la realidad cubana.
En México una gran cantidad de gente sabe que la televisión miente arteramente, pero todavía queda una gran franja de población que sigue creyendo que lo que dice la tv es verdad. Ante esto es deber de ciudadanos conscientes confrontar con ideas racionales y reales las emociones absurdas que los medios intencionalmente crean.