Victor M. Toledo.
Un principio derivado de las nuevas corrientes de pensamiento
afirma que no es suficiente tomar el poder político; también es necesario
construir el poder social. Por lo común, los partidos políticos se concentran
en ganar las elecciones, hacer campañas, elegir candidatos y muy rara vez
hacen algo, en los tiempo no electorales, por llevar a cabo accciones que incrementen
el poder de los ciudadanos, la fuerza de la gente común y corriente. Los
partidos políticos se mueven sobre la base de que "primero hay que ganar
las elecciones" para después comenzar a realizar desde el gobierno propuestas,
acciones y proyectos para la ciudadanía. Nadie sin embargo logra explicar
porqué lo anterior es necesario, obligatorio o correcto. ¿Porqué abstenerse de organizar,
realizar, reforzar o inducir proyectos que hagan más fuertes o menos vulnerables a
los ciudadanos? ¿Porqué reducir toda la actividad política a solamente las elecciones?
El movimiento ciudadano, ha comenzado ya a construir el poder social a tráves
de las Casas del Movimiento y otras muchas iniciativas, son perde de vista el 2012.
Todo lo anterior indica que el movimiento ciudadano debe jugar, al mismo tiempo,
en dos escenarios. Y este "juego de dos pistas" que se complementan eleva la potencia
política en varios órdenes, y hace de los tiempos no electorales "tiempos vivos", llenos de creación, organización, trabajo y solidaridad, realizados por ciudadanos empoderados.
Los tres poderes de la sociedad.
El mundo se entiende mejor cuando lo vemos como una batalla permanente entres tres
poderes: el político (partido y estados), el económico (empresas, corporaciones y
mercados) y el social (comunidades, cooperativas, sindicatos, barrrio, gremios).
Hasta ahora, las corrientes más convencionales o atrasadas del pensamiento, han
ignorado u olvidado la tercera fuente de poder (perteneciente a lo civil o ciudadano).
Ya desde hace más de cuatro décadas la crítica se orientó a develar el carácter
perverso tanto del "consumismo" (la predominancia absoluta o total del poder político)
como del "capitalismo" (la predominancia absoluta o total de poder económico, es decir
del mercado) en detrimento del poder civil o ciudadano, y a mostrarlos como dos
variantes de un mismo modelo: el de la civilización industrial.
¿Podemos imaginar un mundo donde la fuerza de la sociedad civil, de la gente
organizada, es decir de las comunidades, sindicatos, cooperativas, barrios y gremios
logra mantener bajo control a los políticos y a las empresas y corporaciones? Esto
es lo que se llama control social de la política y de la economía. Dar lugar a una sociedad
más justa y democrática (cualquiera que sea el nombre cómo se califique) es entonces
construir el poder social, ese que ha sido devastado tanto por el poder económico
como por el poder político. Para complicar el panorama, bajo el neoliberalismo, el
poder político ha sido penetrado, dominado y puesto al servicio del poder económico.
Hoy, la política o mantiene bajo control a los políticos, o los mismos empresarios se
convierten en políticos. Sólo piénse en Berlusconi, Bush, Fox o Piñera, ricos empresarios
convertidos en presidente de Italia, EU, México y Chile.
¿Cómo se contruye el poder social?
Quizás como nunca antes los ciudadanos hemos sentido tan desprotegidos antes los
sucesos cotidianos: incremento de impuestos, falta de trabajo, ambientes contaminados,
alimentos nocivos, aumentos de luz, gas, agua y gasolina, eventos climáticos
inesperados, pandemias, inseguridad. Hoy sentimos que el riesgo esta en todas partes.
Ante este panorama, los ciudadanos no tenemos medios para defendernos, pues los políticos
y los empresarios solamente ven por sus propios intereses, que cada día vienen siendo los
mismo. Se trata entonces de procurar la defensa de los ciudadanos frente a las despiadadas
políticas que favorecen a una minoría, privilegian los mercados capitalistas, atentan
contra la soberanía nacional, destruyendo los recursos naturales, buscando desmantelar
las prerrogativas sociales ganadas a lo largo de la historia (seguridad social, derechos
laborales e individuales, etc), y atentan contra el equilibrio ecológico del país y del planeta.
Ello se logra mediante una fórmula que parece mágica: la organización desde abajo,
organizando el poder ciudadano a diferentes escalas: hogares, comunidades, barrios,
municipios, regiones. Lo anterior implica el trabajo conjunto, solidario y permanente de
la ciudadanía: individuos, familias, asociaciones, cooperativas, redes. Pero también la
asesoría técnica, jurídica, administrativa y de información.
UNETE A MORENA! ya sea como protagonista del cambio verdadero o como coordinador seccional. Estamos contruyendo esta base social por el bien de todos :)