lejos de resolver el problema de la falta de comida para millones de
personas que viven en las peores condiciones su gran "estrategia" tiene
un objetivo claro: utilizar la carencia de alimentos como una palanca
para golpear a las bases de la izquierda en el país.
El 21 de Enero en el municipio de Las
Margaritas en Chiapas, bastión del EZLN, anuncia Enrique Peña Nieto
(EPN) su "cruzada contra el hambre", que tiene como objetivo "abatir la
carencia de alimentos de cerca de 7.4 millones de mexicanos", lejos de
resolver el problema de la falta de comida para millones de personas que
viven en las peores condiciones su gran "estrategia" tiene un objetivo
claro: utilizar la carencia de alimentos como una palanca para golpear a
las bases de la izquierda en el país.
La receta es bien conocida por todos,
los gobiernos que han llegados manchados por un proceso ilegítimo al
poder tienden a promover acciones “a favor de los más vulnerables” con
el objetivo de mostrar que realmente tienen un interés legítimo por
estos sectores poblacionales. Nada más lejano de la realidad que la
supuesta bondad de la burguesía, su estrategia es clara, extender su
estructura clientelar hacia aquellos lugares donde no han sido efectivos
en cooptar o embrutecer al proletariado y al campesinado, es un intento
por tratar de comprar a las bases de la izquierda electoral y no
electoral. En lo siguiente se hará un breve recuento de las políticas
asistencialistas del neoliberalismo orientadas al propósito ya
mencionado, la presentación de la “Cruzada Nacional contra el Hambre”
por parte de EPN, la estrategia de la “Cruzada”, los límites y peligros
para los reformistas y ultraizquierdistas así como la táctica a seguir
por parte de los marxistas contra esta medida a todas luces mediática
pero a la vez perversa.
Antecedentes
La mano que mece la cuna de EPN, es
decir, Carlos Salinas optó en su sexenio por aplicar un programa similar
al que ahora Peña pretende hacer pasar como su gran esfuerzo de inicio
de mandato, el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) fue la
estrategia utilizada para reforzar el aparato clientelar donde a cambio
de “ayuda” a los sectores más vulnerables logró atemperar las protestas
en su contra. Ernesto Zedillo continuó con la misma política, aunque
cabe decir, bajo amplios márgenes de opacidad de información de
beneficiarios y zonas de operación. Vicente Fox y su credo de
“transparencia” no modificaron sustantivamente la política de origen
salinista, solo le agregaron la particularidad de transparentar
determinadas piezas de información que se consideraron necesarias para
cumplir con esa bandera, finalmente, Felipe Calderón hizo de
Oportunidades su supuesto “programa estrella” en materia social, con
tanta efectividad que logró aumentar la pobreza en el país además de
dejar un baño de sangre que continua hasta el día de hoy.
Hay que decir que estos tipos de
programas nacen del llamado Consenso de Washington y tienen como lógica
la idea de que el Estado literalmente no deje morir de hambre a una
determinada parte de la población, no por razones de humanitarismo, sino
sobre todo, para conservar una clientela política que sea dócil, fácil
de manipular y movilizar a favor de sus intereses. Ni el PRONASOL ni
Oportunidades ni mucho menos la “Cruzada” de EPN pretenden acabar con la
pobreza, a lo sumo se trata de atemperarla y si en el camino pueden
ganar más adeptos para su causa y que éstos se mantengan pasivos resulta
una inversión muy buena.
En concordancia con lo anterior, hay que
señalar que la política reformista no es muy diferente de la de la
derecha, a lo sumo pretenden incrementar en un nivel mayor los niveles
salariales de la población pero –y esto resulta fundamental para
diferenciarla de un programa revolucionario- sin trastocar las
relaciones de producción capitalista.
La presentación de la “Cruzada”
En un evento donde se buscó reunir a la
“crema y nata” de la clase política el 21 de Enero en el municipio de
Las Margaritas en Chiapas, bastión del EZLN, Enrique Peña Nieto (EPN)
lanzó su "cruzada contra el hambre", con el objetivo "abatir la carencia
de alimentos de cerca de 7.4 millones de mexicanos". [1]
Los elementos simbólicos que se combinaron en el escenario fueron la
presencia de Gobernadores y el Jefe de Gobierno del D.F. así como
personas que claramente iban en calidad de acarreados al evento.
Adicionalmente, éste se realizó en un municipio donde el Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tiene fuerte presencia, lo que
fue interpretado por muchos como una afrenta directa hacia el Zapatismo.
Sin embargo, lejos de ser un escenario
magno resultó otro de los ya clásicos shows de Peña Nieto, lleno de
frivolidad y “buenas formas” al que el mismo SubComandante Marcos se
refirió haciendo mofa del mismo y de paso dejando claro qué sector de la
Izquierda electoral está coludida con EPN, es decir, el ala derecha del
PRD encabezada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano.[2]
La Estrategia
Según se presenta en el decreto[3]
que establece el Sistema Nacional para la Cruzada contra el Hambre, la
Cruzada es “una estrategia de inclusión y bienestar social, que se
implementará a partir de un proceso participativo de amplio alcance cuyo
propósito es conjuntar esfuerzos y recursos de la Federación, las
entidades federativas y los municipios, así como de los sectores
público, social y privado y de organismos e instituciones
internacionales”, teniendo 5 objetivos centrales:
- Cero hambre a partir de una alimentación y nutrición adecuada de las personas en pobreza multidimensional extrema y carencia de acceso a la alimentación.
- Eliminar la desnutrición infantil aguda y mejorar los indicadores de peso y talla de la niñez.
- Aumentar la producción de alimentos y el ingreso de los campesinos y pequeños productores agrícolas.
- Minimizar las pérdidas post-cosecha y de alimentos durante su almacenamiento, transporte, distribución y comercialización.
- Promover la participación comunitaria para la erradicación del hambre.
En un análisis inicial vemos que los
objetivos pueden sonar loables y bien intencionados, sin embargo,
observando evidencia que incluso la propia burguesía produce las
siguientes contradicciones saltan a la vista:
1.- Si como dice el primer objetivo su
fin es “Cero hambre de personas pobreza multidimensional extrema y
carencia de acceso a la alimentación” entonces debería dirigirse hacia
aquellos lugares donde dicha condición es más cruenta´, es decir, los
municipios rurales, donde la pobreza es la más crónica del país, pero
resulta que la “Cruzada” iniciará sus operaciones en 400 municipios, la
mayoría de ellos urbanos, donde dicha condición no es predominante. Es
necesario añadir que, dentro de los municipios contemplados de las 32
entidades del país, en 14 de los Estados se realizarán elecciones éste
año, la mayoría deellas de diputados al congreso local y presidentes
municipales, a excepción de Baja California donde también se elegirá
nuevo gobernador (se rumora a Hank Rhon como posible narcocandidato del
PRI). En el D.F. la "cruzada" se ejecutará en Iztapalapa, Gustavo A.
Madero, Tlalpan y Álvaro Obregón, bastiones históricos de la Izquierda
electoral. Además, la cruzada contempla intervenir en 55 municipios de
Chiapas, 46 de Guerrero y 133 de Oaxaca.
2.- Si se trata de aumentar la
producción de alimentos en el ingreso de los campesinos, ¿por qué la
política del neoliberalismo hacia el campo ha sido favorecer monopolios
de terratenientes y otorgar subsidios mínimos a los pequeños productores
agrícolas?[4],
eso sí, la mayoría de organizaciones que reciben fondos son
pertenecientes o tienen nexos con la CNC priísta, ¿se podría esperar que
cambie dicha política? Es muy poco probable cuando los beneficiarios
son parte del aparato corporativo del PRI.
3.- Si buscan “promover la participación
comunitaria para la erradicación del hambre” ¿por qué tal ejercicio no
fue realizado por Peña Nieto cuando fue Gobernador del Estado de México?
La evidencia muestra que fue precisamente lo contrario, el Estado
gobernado por EPN registró el mayor aumento en el número de personas en
pobreza extrema, aumentando en 214 mil personas de 2008 a 2010,
condición que su supuesta “Cruzada” busca combatir.[5]
En términos presupuestales, la “Cruzada”
contempla la coordinación de 64 programas federales con un presupuesto
de $280,122,298,646.00 para el año 2013 que de ser divido entre cada uno
de los supuestos beneficiarios a los que pretende llegar se podría
realizar una hipotética entrega de casi $3155 por cada uno, aunque
sabemos por experiencia que la mayoría de recursos acaban en la
burocracia encargada de operar los programas. En síntesis, la estrategia
es un muy buen discurso que sirve de pretexto idóneo para tratar de
minar a la izquierda y ganar algo de legitimidad para EPN.
Alternativas para combatir al corporativismo priísta
Resultan curiosas las reacciones de los
reformistas y los ultraizquierdistas a la “Cruzada” de Peña, por un
lado, los reformistas se sienten realmente amenazados por que pueden
perder a su clientela política, habría que decir que esta ala de la
izquierda está habituada a prácticas que no distan mucho del priísmo o
que incluso aprendieron de ellos, ahora que el PRI puede desplegar el
aparato a nivel federal esto los aterra. En el caso de los
ultraizquierdistas y sobre todo del SubComandante Marcos éste solo
descalificó la acción ya que siente que las “limosnas” de Peña Nieto no
tendrán efecto en las comunidades zapatistas, olvidando que el país no
se reduce a los caracoles en Chiapas y que la lucha contra el priísmo no
puede mantenerse en los límites de los territorios controlados por el
EZLN.
Para los marxistas las mejoras para las
clases explotadas no constituyen un tabú sino que son una herramienta de
lucha que no debe ser desechada, pero claramente hay que explicar la
naturaleza de medidas como la “Cruzada” de Peña y sobre todo que las
dádivas que pretende repartir no son producto ni de su riqueza ni mucho
menos de su magnanimidad, sino del simple deseo de mantener a raya a los
trabajadores y campesinos del país. Una táctica clara de los marxistas
en el próximo periodo es la de explicar lo anterior pero también luchar
contra los embates de la derecha, es decir, contra intentos de
privatizar los energéticos, aumento de impuestos (sobre todo gravar
alimentos y medicinas) y recortes al gasto social además de contribuir a
la organización del proletariado y el campesinado (ya sea en MORENA,
los sindicatos, el movimiento #YoSoy132 u otros), ello muestra una clara
diferencia con los reformistas que creen no poder combatir al aparato
estatal cuando tienen menos recursos económicos o los ultraizquierdistas
que se creen inmunes a los ataques de la derecha. Es muy importante
alzar la bandera de lucha con el objetivo de atraer a más compañeras y
compañeros que puedan sumarse y con ello evitar cosas como la aprobación
de la reforma a la Ley Federal del Trabajo, es preciso comprender que
podemos caminar separados, respetando nuestras diferencias, pero golpear
al mismo tiempo al enemigo en común, de esa forma seremos inmunes a las
migajas que pretende arrojarnos la burguesía y podremos combatirla de
manera más efectiva.
[4]Aniquilación del pequeño productor y el fortalecimiento de los monopolios agrícolas en México, disponible en: http://www.laizquierdasocialista.org/node/2754
[5]Estado de México, la entidad que registró mayor aumento en pobreza extrema disponible en: http://www.animalpolitico.com/2012/02/estado-de-mexico-la-entidad-que-registro-mayor-aumento-en-pobreza-extrema/
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