Domingo, 11 Mayo, 2008
El Congreso se ha cubierto de “gloria” con el resultado de la indagatoria sobre el secretario de Gobernación. No se tiene memoria de alguna comisión investigadora que con tal prontitud haya presentado conclusiones; a nadie sorprende el sentido de las mismas. La responsabilidad del Congreso fue subvertida por el acuerdo del gobierno con los jefes del PRI en las cámaras para llegar a la exoneración del secretario. Ya antes el titular de la Función Pública, había señalado que nada ilegal había en la situación.
Lo de menos son las conclusiones de la comisión. Lo grave es el precedente: hoy por ti, mañana por mí. Desde ahora los legisladores pueden continuar en el tráfico de influencias, incluso respecto a sus propias empresas. También podrán hacerlo los coordinadores de asesores y altos funcionarios de la Federación. México podrá proseguir su tránsito por el camino ancho de la corrupción, con funcionarios enriquecidos hasta el escándalo y un ignorado pueblo pobre.
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