■ Para solucionar la crisis los candidatos deben renunciar, dice Juan Guerra
Georgina Saldierna y Ángeles Cruz
Mario Saucedo señaló ayer que Jesús Ortega y su corriente, Nueva Izquierda (NI), hicieron un compromiso: vendieron la idea a la gente de la derecha y de los poderes fácticos, de que ellos podían vetar a Andrés Manuel López Obrador y al bloque de Alejandro Encinas; a los radicales que dicen ellos.
Pero no les salió, y por eso a como dé lugar, a través del fraude, pretenden imponer la candidatura de Ortega, esperanzados en que esto se logre por medio del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, subrayó.
Integrante de la corriente de los Cívicos, estimó que NI pretende hacer del sol azteca un partido de izquierda dócil, funcional al sistema, lo que evidentemente entra en contradicción con el movimiento democrático.
Al referirse al acta de cómputo nacional que da como triunfador de los comicios internos al abanderado de los chuchos, manifestó que tal resultado es producto de que el Comité
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