De Tribuna Campeche Opinión
La otra cara
Hubert CARRERA PALI
Hoy más que nunca reconfirmo que Felipe Calderón Hinojosa no es un presidente legítimo, su triunfo lo sustentó con un fraude, burlándose de la inteligencia de millones de mexicanos que nunca votarían por un incapaz y mediocre.
A Calderón se le está cayendo el país, tras sus anuncios espectaculares le siguen duros reveses, fracaso tras fracaso; su lucha contra en narcotráfico no ve resultados todavía y la economía del país se le derrumba como arepa mal cocida.
Es contradictorio y absurdo hasta no decir basta. Se pronuncia en contra de las llamadas medidas populistas pero anuncia algo similar en medio de una crisis alimentaria y petrolera que disparó los precios de productos básicos desde el inicio de este año.
En una conferencia de prensa el pasado miércoles 18 de junio, a lado de los integrantes de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Felipe Calderón anunció que se congelan los precios de 150 productos de consumo popular “en apoyo a la gran mayoría de familias pobres que existen en el país”, y lo hizo seis meses después de que todo incrementó, o sea la medida se toma a destiempo, cuando el golpe a la economía familiar ya se dio desde el inicio del año.
Pero además —y es lo más grave del asunto—, el mandatario nunca explicó que la mayoría de esos productos es perecedero, o sea, llamados enlatados, donde en efecto están considerados el frijol, las sopas, el café, las salsas, el chile, etc., esos que por lo general suele consumir la clase media alta y no la clase pobre, cuya alimentación se basa específicamente en la tortilla, el frijol y el maíz.
Realmente hubiera sido aplaudible esta medida si Felipe Calderón hubiera anunciado que se congelan los precios de los productos que constituyen la dieta forzada diaria de millones de familias pobres, a las que hizo alusión en su demagogo discurso.
El Presidente Felipe Calderón juega con el hambre del pueblo, deja entrever de manera muy concreta que su política económica es un fracaso y pone a México al borde de una severa crisis.
Y no son malos augurios, más bien coincidencias de opiniones que fluyen a la luz pública entre especialistas de la materia. De seguir así, México está al borde de un caos social y económico, porque en lo político ya lo estamos desde la llegada del llamado “Gobierno del Cambio”.
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