Del Tribuna Campeche (Opinión)
Delegaciones electorales
Eudaldo CHAVEZ MOLINA
El PAN hace uso indiscriminado de recursos federales para apuntalar su proyecto de conquista al Estado de Campeche, hay cinismo, hay campaña bajo el amparo de los programas públicos que se distorsionan para jugar con el hambre de un pueblo. Y es que para ello las delegaciones en los estados se definieron a partir de criterios políticos y cuotas electorales.
El Gobierno Federal, bajo la batuta del factótum Juan Camilo, designó a sus delegados para constituirse en estructuras partidistas, que hoy son centros de activismo político distantes de los programas públicos y con fines y objetivos electoreros que han puesto en marcha en Campeche.
El neoconquistador español afina sus estrategias desde las delegaciones federales, y usando el dinero público alejado de los verdaderos objetivos de los apoyos institucionales. Desde las dependencias federales e instituciones de salud como el Issste y el IMSS, el panismo se mueve hacia la invasión política de la geografía estatal.
Siendo su objetivo medular la captura de la gubernatura, la derecha hace acopio de todos los recursos habidos y por haber, no importando que desvíen programas de salud o de cualquier otra dependencia con delegado panista. Lo importante para ellos es jugar con el hambre del pueblo, con su dolor y con su miseria.
Desde el sexenio de Fox el reparto de las posiciones para candidatos, amigos, empresarios y aliados políticos con lazos de perversidad, se constituyó en una de las principales prácticas del PAN, aun cuando esos viejos vicios eran muy criticados por los panistas a los gobiernos del PRI.
De la peor ralea es la cuota de distribución que le tocó a la nefasta Elba Esther Gordillo, que ubicó a maestros de su misma estatura moral en delegaciones del Issste y de la Secretaría de Educación Pública, y según fuentes gubernamentales solamente se han cambiado como 200 delegados federales de los mil 400 delegados aproximadamente del país.
Ante los reclamos de sus aliados del PRI, el PAN desde Los Pinos prometió dialogar con los gobernadores para revisar caso por caso a los delegados y remover a algunos, ya que en su mayoría se han dado a panistas y empresarios ligados al negocio político.
Pero en el caso de Campeche, Estado en donde está avecindado el virrey tras el trono, la aplicación de los criterios para el nombramiento de delegados es emblemático, en donde todos tuvieron que pasar por la oficina de Mouriño, sin que hayan llenado los perfiles profesionales y técnicos que exige la Ley de Servicio Profesional de Carrera.
Se hizo a un lado esos valores éticos y se apuntaló a un grupo político con miras a las elecciones del 2009, cuando se habrá de elegir gobernador, grupo al que no pertenece Nordhausen, quien en relación a las designaciones de delegados afirmó en mayo de 2007 que “para ser delegado en Campeche tiene que ser mouriñista, aunque hayas traicionado al PAN”. Y están los que lo son y traicionaron al panismo.
El español, que hoy es el fantasma de Bucareli y un vacío en la Secretaría de Gobernación, demostró que la Ley del Servicio Profesional de Carrera es letra muerta, pues él sostiene que en esta administración federal se ampliaron los criterios, e importa más la lealtad al grupo político de Calderón que la lealtad a la patria.
Las delegaciones, puestos muy codiciados, pasan por la prueba de la amistad y la lealtad, nada de lo demás importa si queda fuera de un proyecto de nación, se busca afianzar un proyecto de grupo distante de los altos intereses del Estado de Campeche, cuyo futuro solamente importa precisamente a los campechanos de sangre y de nacimiento.
Desde entonces las delegaciones federales en Campeche funcionan como centros de activismo político del PAN, una práctica que se vuelve muy común en la antesala de las elecciones rumbo al Gobierno del Estado, acciones partidistas que se han venido denunciado por estar al margen de la ley por su abierto proselitismo, cínico y prosaico.
El PAN ha preparado una estructura electoral para usar los programas sociales a favor de los candidatos panistas. Un caso ejemplar es el de Campeche y así van de Estado a Estado.
Es emblemático también el caso Chihuahua, en donde los nombramientos los hace el asesor de Mouriño, Jorge Manzanero Quintana, quien con la venia del español influye en las designaciones.
Y así seguirá en tanto la derecha navegue en el mar de la corrupción y la impunidad, que es el factor común de los gobiernos de extracción panista. El PAN lleva hoy más que nunca el emblema de la corrupción y el cinismo.
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