La posible renuncia del tabasqueño es el tema que ocupa a los perredistas por estos días; tanto, que Jesús Ortega, dirigente nacional de ese partido, busca un encuentro con él para discutir éste y otros asuntos
El Universal
Domingo 28 de diciembre de 2008
Las oficinas del “gobierno legítimo” eran un hervidero. Los teléfonos no dejaban de sonar y la gente iba y venía por los pasillos. Todos querían saber si, en efecto, Andrés Manuel López Obrador había decidido renunciar al PRD para construir su apuesta política a través de la alianza que integran los partidos del Trabajo y Convergencia.
En la sede nacional del PRD la preocupación no era menor. “Los jefes sacaron la calculadora de inmediato”, nos cuenta un asesor del partido. Y es que en los comicios del 5 de julio de 2009 las fuerzas de izquierda no sólo se disputarán alrededor de 25% de los votos, sino también unos 750 millones de pesos del financiamiento público para 2010. Con López Obrador apoyando a los candidatos de la coalición PT-Convergencia, ¿cuánto de ese dinero dejaría de recibir el PRD?
La posible renuncia del tabasqueño es el tema que ocupa a los perredistas por estos días; tanto, que Jesús Ortega, dirigente nacional de ese partido, busca un encuentro con él para discutir éste y otros asuntos.
Que Pío no lo dijo
La mecha del caldero fue encendida por un comunicado de prensa emitido la tarde del lunes 15 de diciembre desde el despacho de Pío López Obrador, coordinador del Frente Amplio Progresista (FAP) en Chiapas:
“Estamos estableciendo nuestra separación con la cúpula del PRD, más no con las bases perredistas, cuyo sector mayoritario es parte del Movimiento en Defensa de la Economía Popular, del Petróleo y de la Soberanía Nacional que encabeza Andrés Manuel López Obrador”.
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