martes, 9 de diciembre de 2008

Gobernar para claudicar

DENISE DRESSER

"No es difícil gobernar. Basta con no ofender a las familias nobles", escribió Mencius, el filósofo chino. Y vaya que el gobierno mexicano sigue su pronunciamiento a pie juntillas, sobre todo en el terreno de las telecomunicaciones y la televisión. Ante Telmex hay que doblegarse. Ante Televisa hay que arrodillarse. Ante los concesionarios hay que hincarse. Ante los que realmente ejercen el poder en el país, la autoridad se rehúsa a actuar como tal. En lugar de imponer decisiones legítimas, las negocia. En vez de regular en nombre del interés público, termina fortaleciendo los feudos privados. El gobierno no gobierna: ruega. Eso es lo que revela el comportamiento reciente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes ante decisiones que involucran a Telmex. Esa es la debilidad que exhibe un gobierno que -en aras de no ofender- decide claudicar.
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