La Columna de Mineko
A veces me pregunto...
Son cada vez más frecuentes las notas al respecto y también son cada vez más los puntos en el país donde esto sucede: inocentes asesinados por estar en medio de la refriega de la supuesta lucha contra el narco, inocentes asesinados porque efectivos de la milicia los "confunden" con sicarios, inocentes asesinados por ajustes de cuentas, inocentes asesinados porque ya les explotó la bomba en el Zócalo de tal o cual ciudad y justo en una noche de festejo importante; allá, en los estados del norte de la República, son ya varias las ciudades secuestradas por la misma violencia. Personas que no pueden salir a la calle en determinado momento por miedo al narco y si éste lleva sus días sin cometer tropelías, pues también hay temor: el silencio es signo de que algo puede suceder pronto.
Sea cual sea la razón, esta guerra que "vamos ganando, aunque no lo parezca", lo único que arroja en números crecientes no es ni una baja de cárteles o altos decomisos de droga, sino el número de civiles muertos en una lucha mal planeada y que más bien parece la pantalla del gobierno federal tratando de justificar pésimamente que hace su chamba, ¿y todo para qué?, pues... "para que todos vivamos mejor".
Y ya leemos la nota de que en Sinaloa, o en Torreón, o en Cd. Juárez (la ciudad más castigada con la violencia a nivel nacional) mataron a civiles a balaceras, o que ya apareció el encapuchado en tal o cual lote baldío; una de las últimas del estado de Guerrero: los soldados ultimados y una que me impactó bastante y que leí en el semanario Proceso: en el pueblo de Creel, Chihuahua, los civiles ya probaron también lo que es ser víctima del narcotráfico con un saldo de 12 jóvenes y un bebé asesinados.
Más allá de toda esta tragedia humana, yo no puedo evitar preguntarme: ¿eso esparaban los ciudadanos de esos estados después de las elecciones presidenciales?; y a su vez, ésta pregunta me lleva a otras, por muy castrantes que sean pero que sí, tienen mucha relación, porque nada en este país es producto de la casualidad y sí de eventos que se suceden como consecuencia de acciones: ¿por quién habrán votado muchos de esos ciudadanos?, así como: ¿cuántos de esos ciudadanos se habrán creído la doctrina del miedo fomentada en la televisión durante las campañas electorales del 2006? Porque esto que sucede aquí y ahora, son hechos. Eso sí es para que nos de miedo, no los mitos inventados y los supuestos temores a lo que no había sucedido.
Sé que puedo ser increpada por relacionar un asunto como el narcotráfico con algo como las elecciones presidenciales del 2006, pero quien lo haga, es porque aún no entiende que todos los hechos se relacionan entre sí y lo que es peor: muchos se van encadenando y se van sucediendo cual cascada.
Por allá en el norte, sé que ya son muchos ciudadanos los que le mientan madres al gobierno, sobre todo aquellos que ya vivieron en carne propia lo que es perder a un ser querido, ya sea porque fue levantado, ya sea porque 'le tocó' en la balacera o incluso porque están siendo extorsionados por individuos que se dicen 'sicarios', mismos que les piden dinero a cambio de 'protección' y si no cooperan... pues ahora sí, dicho literalmente: cuello.
Abriéndonos de manera honesta para ver la situación general de mi país, resulta que el narcotráfico sí puede ser el problema más lamentable que enfrenta México, sobre todo por la manera como se está extendiendo, pero desafortunadamente no es el único de ellos y así como leo que en un pequeño poblado llamado Creel la gente ya se está organizando superando incluso sus miedos, haciendo ellos sus propias investigaciones e indagaciones porque parece que ya constataron en carne propia lo que es tener autoridades que no responden en absoluto, así también por otro lado veo a las viudas de Pasta de Conchos en misma situación de organización para que les sean devueltos los cuerpos de sus esposos sepultados en esa mina (a más de dos años) porque tampoco hay respuestas de las autoridades, así también veo el porqué se incrementan marchas y plantones, no nada más Pejistas y también veo como en Oaxaca los maestros siguen organizándose en una franca oposición al gobierno represor de Ulises Ruíz.
Ignoro si en este momento la ciudadanía se esté organizando allá en Tabasco, por ejemplo, estado en donde la gente ha sido afectada por las inundaciones de los últimos años y que han causado estragos y en donde también ya asoman visos de corrupción, fallas e incumplimientos de parte de las autoridades; no sé si en Guerrero la gente se esté organizando para exigir saber qué pasó con los soldados ultimados y el porqué; tampoco sé si en Morelia la sociedad ha tenido respuestas y razones satisfactorias respecto de las investigaciones hechas después del bombazo en su Zócalo... y eso si las investigaciones se están haciendo, sin embargo, podemos estar seguros de que ni siquiera es necesario ser adivino para deducir respuestas al respecto. Ya estamos aleccionados a lo que son nuestros representantes.
Y yo no puedo dejar de preguntarme: y toda esa gente ahora afectada de una u otra forma... ¿por quién habrá votado en 2006?, ¿qué actitud tomaron hacia la campaña de miedo fomentada en televisión?, ¿qué tanto creyeron?, ¿qué opinión tendrían, en su momento, de la otra ciudadanía que también se organizó porque exigían transparencia del voto emitido, justo como ellos ahora se organizan exigiendo lo mismo de las autoridades: justicia y legalidad?, ¿habrá alguno de esos ciudadanos que en algún momento se hayan pronunciado con un indiferente 'no me interesa la política'? y de haber sido así, ¿ahora qué pensarán al respecto?
Sean cuales sean esas respuestas, ninguna es para mofarse, sino todo lo contrario. Lo importante de este asunto es que al leer que de alguna manera, en tal o cual punto de nuestro país la gente se organiza buscando respuestas, justicia y presencia palpable de las autoridades, ya sea por una explosión perpetrada por criminales, ya sea porque murieron mineros sepultados, ya sea porque una anciana indígena fue violada, ya sea porque profesores son reprimidos o porque se quieren elecciones justas y verdaderamente democráticas, no dejo de preguntarme: ¿es necesario que se experimenten las cosas para reaccionar, para exigir justicia y exigir cuentas los que nos representan?, ¿es necesario que corra sangre para asumir nuestro derecho y nuestra obligación a pedir a nuestras autoridades que cumplan?
¿Qué se necesita para que éste país despierte en su espíritu dormido? A veces me pregunto...
Mineko Kia