Alejandro Encinas
A colación del Encuentro Mundial de las Familias que la jerarquía católica realiza en nuestro país, vale la pena hacer una reflexión sobre el tema, aún más cuando los profundos cambios demográficos, económicos, sociales y del desarrollo urbano han transformado sustancialmente la noción y la composición tradicional de los núcleos familiares.
Ante la visión imperante en este encuentro, en el sentido de insistir que la familia tradicional o natural es el único modelo moralmente aceptable, la realidad muestra que no existe un único modelo de familia, y si bien la familia nuclear es la más numerosa en México, existen otros tipos, como lo demuestran los datos del INEG para el 2000: 68% del total de los hogares en México son de tipo nuclear; en tanto, los hogares formados por una persona han alcanzado 7% nacional y el número de hogares encabezados por mujeres representa uno de cada cinco. A lo que habría que sumar los cambios en la composición familiar derivados de la migración o de la formación de familias diversas.
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