Señala que la resolución del GDF contrasta con la apatía que tiene el gobierno federal frente al tema
Hugo Corzo
Ciudad de México (25 febrero 2009).- La organización ambientalista Greenpeace México celebró el anuncio del Gobierno del Distrito Federal de establecer una Declaratoria de Protección de las Razas de Maíz del Altiplano de México.
Dichos tipos de grano son cultivados y producidos en suelo de conservación de la Ciudad de México, ya que con esta medida se protege el cultivo de granos nativos contra la introducción de Organismos Genéticamente Modificados (OGM).
Asimismo, señaló que la medida anunciada por el Gobierno perredista de la capital del País contrasta con la apatía del Gobierno federal por restringir el ingreso y uso de semillas transgénicas.
"El Gobierno de la Ciudad de México está dando un claro ejemplo del compromiso que se debe asumir para proteger al maíz, el grano ms importante para los mexicanos. Sólo con verdaderas acciones y la implementación de políticas públicas para preservar la gran riqueza de nuestros maíces.
"Podremos evitar la contaminación con las variedades transgénicas, que las empresas trasnacionales pretenden imponer en nuestro País", comentó Aleira Lara, coordinadora de la campaña de Agricultura Sustentable y Transgénicos de Greenpeace.
"Saludamos el esfuerzo del GDF y exhortamos al resto de los gobiernos de los estados a preceder en el mismo sentido para proteger nuestra soberanía alimentaria por encima de los intereses comerciales de las grandes empresas, que han presionado a nuestro País para implementar su modelo agroalimentario basado en el uso de transgénicos", consideró Lara.
El Gobierno del DF declaró a la zona rural capitalina como libre de granos transgénicos por los riesgos que representan para el ecosistema, la alimentación y la cultura.
Actualmente, en el DF hay más de 3 mil hectáreas con cultivo de maíz.
La declaratoria del Gobierno del DF se da en el marco de la reunión de trabajo del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, que se lleva a cabo esta semana en México para discutir el tema "Responsabilidad y Compensación", que busca definir un régimen que clarifique quién y cómo debe hacerse cargo de los daños producidos por los casos de contaminación con transgénicos.
Greenpeace consideró que la declaratoria representa un reto para el Gobierno capitalino, a fin de demostrar que la voluntad ambiental no sólo queda en el papel.
En México está prohibida la siembra de transgénicos, de acuerdo con la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados; no obstante, organizaciones ambientales acusan que el Gobierno federal no ha logrado evitar su propagación y han documentado al menos nueve casos de gravedad.
"Demandamos al Gobierno federal la implementación de un régimen de responsabilidad y compensación de los daños que ocasionan los transgénicos para nuestra producción campesina. La falta de este régimen deja en estado de vulnerabilidad a campesinos, indígenas y consumidores frente a las grandes empresas biotecnológicas que promueven la siembra de transgénicos. Es momento de reparar el daño, de fincar responsabilidades", urgió la ambientalista.