jueves, 1 de octubre de 2009

Senado: el beneficio de la certeza

JOHN M. ACKERMAN

La verdadera democracia no se construye con discursos grandilocuentes, acuerdos cupulares y “buenas maneras”, sino a través de acciones cívicas y pacíficas que sin tregua ni claudicación ataquen de frente las tan arraigadas tendencias autoritarias de nuestra cultura y práctica políticas. Solamente de esa forma los mexicanos conseguiremos evitar el total hundimiento de la transición democrática del país.
La respuesta que Porfirio Muñoz Ledo dio al informe de Ernesto Zedillo de 1997 representó un momento histórico precisamente porque rompió con todas las formas del viejo régimen de partido de Estado. Súbitamente, con el inicio de la LVII Legislatura, el pueblo mexicano se dio cuenta de que el “emperador” no solamente carecía de su capa de terciopelo, sino que realmente estaba desnudo. En su lugar, el Congreso de la Unión se erigió como garante de la pluralidad y la legalidad del país.
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