Paulina Monroy
Leer mas...AQUI
Álvaro Cepeda Neri |
Es un hecho que tres personajes se pasean al conjuro festivo de la elite gobernante (“que se ha hecho indigna de gobernar”, según Tocquevielle, al advertir el estallido de la Revolución de 1848 que provocó la caída de la monarquía). Ellos son: Santa Anna, Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, con motivo de las luces de bengala de los partidos en la oposición complaciente (con todo y las pullas del Partido de la Revolución Democrática, PRD, el cortar distancias del partido bisagra, el Partido Revolucionario Institucional, y las facciones del Partido Acción Nacional, PAN, que apoyan o no a Calderón).
No quieren darse cuenta los integrantes de la elite oligárquica y el mismísimo Calderón (que los caricaturistas de La Jornada presentan como un lilliputiense al que le quedan grande la banda presidencial, la silla “embrujada” que rechazaron Villa y Zapata; el uniforme militar, etcétera), los jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial del peligro latente.
Honduras: la CIA y la ultraderecha en las elecciones
Edgar González Ruiz |
Ante la ambigüedad de la política internacional de Obama, quien no puede o no quiere frenar los proyectos que encabezó Bush, la ultraderecha estadunidense sigue practicando sus estrategias usuales para apoyar o desestabilizar gobiernos.
Desde hace años, las fuerzas derechistas que operan en América Latina, con el apoyo y patrocinio de los sectores más reaccionarios de Estados Unidos, han tratado de legitimar a los gobiernos de esa filiación y desacreditar a los de tendencia progresista, organizando misiones de supuestos “observadores electorales” que actúan de acuerdo con esas consignas.
También es conocido el papel que en la época de Bush, y con el respaldo de éste, jugaron organizaciones como el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Fondo Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) para desestabilizar al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela.
Leer mas...AQUI