En 2008 y 2009 el gobierno federal hizo y luego reafirmó una apuesta por una pronta recuperación de la economía global. Así, México sólo sufriría algunos rasguños porque, según Felipe Calderón el 9 de octubre de 2008, “somos el único país del mundo donde nadie tendrá que apretarse el cinturón… no será necesario pedir sacrificios a los mexicanos como consecuencia de la convulsión financiera… [se] enfrentará la coyuntura con más gastos en infraestructura”.
Si se hubiera tratado de una crisis coyuntural, como el gobierno pensaba, no era necesario hacer grandes cambios de políticas, aceptando desde luego que la economía no crece más de 3% en condiciones normales. Si, por el contrario, era una crisis estructural, entonces el gobierno podía haber intentado un cambio de postura macroeconómica, tan sólo para evitar que se profundizara.
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Si se hubiera tratado de una crisis coyuntural, como el gobierno pensaba, no era necesario hacer grandes cambios de políticas, aceptando desde luego que la economía no crece más de 3% en condiciones normales. Si, por el contrario, era una crisis estructural, entonces el gobierno podía haber intentado un cambio de postura macroeconómica, tan sólo para evitar que se profundizara.