Sí, como dijera el bolero de rompe y rasga, no hay mejor definición para todos los que se oponen a los matrimonios y adopciones por parte de homosexuales.
Hace siglos que no se daba una muestra de hipocresía tan grande, de toda la ultraderecha y de la jerarquía eclesiástica.
Desde ambos frentes se ha lanzado una aviesa andanada de falsedades que provocarían carcajadas si no se tratase de asuntos tan delicados: que los homosexuales no entran al cielo; que el matrimonio es sólo para el hombre y la mujer; que los niños adoptados por parejas del mismo sexo están condenados a una homosexualidad automática; y que todos estos alegatos no tienen nada de religiosos y son sólo legales. Sí, como no. |