1. De los últimos seis discursos que escuché de la Cumbre del Grupo de Río por vía internacional Telesur, el que más me ha puesto a pensar fue el del presidente de Brasil Lula Da Silva, cuando señaló algo así: que los problemas y las limitaciones de la ONU y de su Consejo de Seguridad, integrado por Francia, China, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Soviética (hoy Rusia) que tienen poder de veto en cualquier resolución de la ONU, son dichos estados. No he podido conseguir el texto de esa intervención, pero la idea de que esos países –desde agosto de 1944- han dominado los acuerdos en el mundo, me ha puesto a meditar sobre nuestra miniatura ante el poder mundial.
2. Mientras nuestros pobres pueblos, ciudades, países, están preocupados por asuntos muy inmediatistas, domésticos, cuando más nacionales, los grandes problemas económicos, políticos, decisivos, se resuelven a nivel de Consejo de Seguridad entre cinco países poderosos o en los salones de la Casa Blanca o el Pentágono. Me gusta esa idea de Lula porque coincide con lo que he venido planteando hace varias décadas en el sentido que sólo estemos preocupados o limitados por problemas caseros buscando qué comer mañana, quejándonos de los baches de las ciudades o que fulano de tal (mi vecino) es un político corrupto, cuando los problemas del mundo se deciden en otro lado. |