lunes, 10 de mayo de 2010

El espuro, cada día más espurio

CARTA A FELIPE CALDERÓN HINOJOSA.

Hermosillo, Sonora a 30 de abril de 2010

Ante la imposibilidad de tener un acercamiento personal con usted, me dirijo por el presente medio para manifestarle lo siguiente:

Mi nombre es JULIO CESAR MÁRQUEZ ORTIZ, mexicano de nacimiento, con domicilio en la Ciudad de Hermosillo, Sonora. Probablemente mi nombre no le diga nada a usted, quizás porque no soy un cantante extranjero o futbolista exitoso, mucho menos propietario de algún aeropuerto en Puerto Peñasco, Sonora.

En la remota posibilidad de que sí haya leído o escuchado mi nombre en algún medio, no ha sido por los motivos anteriores. No, desgraciadamente ha sido porque llevo casi 11 meses, concretamente a partir del 5 de Junio de 2009 exigiendo públicamente JUSTICIA.

Mi hijo JULIO CÉSAR MÁRQUEZ BAEZ, de 2 años 9 meses, falleció víctima del CRIMEN en su contra y de 48 niños y niñas más, el día 5 de Junio de 2009 en la Guardería ABC de esta ciudad.

¿Le suena algo? Estoy seguro que sí. No le debe ser ajeno lo que escribo, ya que una de los principales responsables es la Sra. Marcia Matilde Altagracia Gómez del campo Tonella, quien es familiar de su esposa, la Sra. Margarita Zavala.

Han sido 11 meses ya no de llorar por mi hijo y los demás padres por los suyos. No lo hemos hecho porque nos han quitado ese derecho, obligándonos a salir a las calles a clamar por Justicia. ¿Se puede usted imaginar siquiera todo este tiempo sin mi amado hijo, tratando a la vez de consolar a mi esposa y a mis otros 2 hijos por la ausencia eterna?

¿Le comento algo? Mi esposa duerme todas las noches abrazando una colchita que aun mantiene el aroma de mi hijo al cual cobijó hasta el último día de su vida y mi hijita de 5 años le pide a su hermanito que venga a ellos en sus sueños. No tiene usted idea de lo que le hablo.

Han sido ya 11 meses de luchar contracorriente buscando justicia, de luchar contra las instituciones que se supone son las encargadas de garantizar los derechos de igualdad en la impartición de justicia. 11 meses de buscar un encuentro con usted, de revertir su indiferencia.

Este último año ha sido indudablemente el más difícil de mi vida. Creí haberlo vivido todo y no me dolía nada como la muerte absurda de mi hijo Yeyé. Eso creía, pero hoy 30 de Abril, fecha especial para la infancia del País, he sentido morir una vez más algo dentro de mí: la fe.

Este día se reunió usted de forma muy sigilosa con un grupo muy reducido de madres de familia afectadas por el incendio en la Guardería ABC. Lo hizo así, pensando que con la foto y el comunicado de prensa que se originara de ese encuentro, quedaría en la opinión pública la seguridad de que está interesando en lo que ocurre en torno a nuestro caso. Indigna darse cuenta el concepto tan grande de idiotez que tiene usted de los Mexicanos. Esta usted muy equivocado.

Hoy he visto con dolor, con tristeza y con rabia, cómo se encargó usted, con la burla que ha hecho objeto a nuestro sufrimiento, de simular que le interesa la niñez de México. La poca fe que podía sentir hacia su investidura, ha muerto. Estoy seguro de que en mí se ejemplifica el sentir de millones de mexicanos que han vivido una y otra vez en carne propia los errores de su gobierno. Mi sentir se magnifica al recordar que yo fui uno de los millones de personas que lo pusieron donde está, al tomar la decisión de votar por usted, cayendo en la propaganda de que el peligro para México estaba del otro lado, sin imaginar que esa publicidad se haría realidad en usted. Hoy siento la culpa moral de que si yo voté por usted, y usted y su gobierno son uno de los responsables de la muerte de nuestros niños, entonces yo soy quien también ocasionó la muerte de mi hijo.

Casi siempre hay oportunidad de enmendar los errores, por eso le digo a usted Sr. Felipe Calderón Hinojosa, que ante la pérdida de fe y de respeto hacia su persona por sus acciones tan lamentables, a partir de hoy, USTED YA NO ES MI PRESIDENTE y por ello jamás lo volveré a nombrar así. Quizás no le importe lo que pueda sentir uno solo de los Mexicanos que dice usted gobernar, pero la decepción que ocasiona usted a un Padre de familia agraviado por su Gobierno debería hacerlo reflexionar para tratar de terminar su mandato de forma digna. Dese cuenta que hay millones de personas en este país que se sienten agraviados, aunque usted y su publicidad oficial digan otra cosa.

Yo no sé si esta carta me pueda ocasionar alguna consecuencia en contra, pero estoy dispuesto a afrontarla. Si el sistema que usted dirige terminó con la vida de mi hijo y con mi fe hacia ese sistema, ¿qué más puede pasar?

Por último, le digo que aunque en lo personal a mí no me interesa ya verlo, exijo como Padre de familia que se presente usted aquí en Hermosillo a la mayor brevedad posible y enfrente a todas las familias agraviada que solicitan verlo para expresarle su sentir. Sólo así, iniciará usted el camino hacia la reivindicación Presidencial.

ATENTAMENTE

JULIO CESAR MARQUEZ ORTIZ

PADRE DE FAMILIA DE JULIO CESAR MARQUEZ BAEZ

FALLECIDO COMO CONSECUENCIA DEL INCENDIO EN LA GUARDERÍA ABC.