“Nuestra generación no se lamentará tanto de los crímenes de los malvados como del estremecedor silencio de los cobardes” -Martín Luther King-
Cuando el descocado, seductor y generoso retribuyente con cargos, favores y poder de los pragmáticos esposos compartidos, José López Portillo anunció el denominado “boom” petrolero a la mitad de su gobierno, donde al calor de la enajenación ,se recomendaba ser asertivos en la administración de la abundancia, presentando ante la sociedad mundial del energético, la majestuosidad productiva del denominado “Manto Cantarell”; el mundo petrolero se cimbraba ante este anuncio, golpe que cambiaba la estrategia global oligopólicas de la OPEP y nos colocaba en la mesa de los mayores de edad en la materia. Campeche, entidad donde por derecho primigenio y en base a los acuerdos de Viena sobre aguas ribereñas, recursos naturales, renovables y no renovables le correspondía este –hasta ahora fatal privilegio- volvía a la lupa internacional, como en su momento, lo fue para los corsarios y piratas que azolaran ( y continúan haciéndolo) los mares y puertos, de las ricas exportaciones de oro, plata, madera, palo de tinte, henequén, chicle, especies y minerales, tan preciados en las cortes europeas y sus eficientes lacayos exportadores del nuevo mundo; sin dejar de citar a los leales añorantes coprófagos de la monarquía, que aún suspiran con ver arribar al suplente de Maximiliano de Habsburgo y ven excitados en el ibérico Franquista “Clan Mouriño- Fecal”, la esperanza de cristalización y espectacular retorno . A partir de entonces, la gloriosa actividad pesquera vio llegar su debacle y divisó la perversidad gubernamental (Fríamente calculada) de haber colocado a Fernando Rafful Miguel en la estratégica Secretaría de Pesca. Un nativo de la Isla del Tesoro Petrolero (Ciudad del Carmen) quien, sin un ápice recato, engañó a los pescadores del sector social, de ser su aliado, con demagoga sectorización de la pesca del camarón y sus amigos armadores, convirtió la desaparecida BANPESCA en la cueva de Alí Babá y más de cuarenta ladrones cobrando indemnización hasta de las históricas Carabelas de Cristóbal Colón. La política de saturar el mercado internacional con crudo barato confrontó al entonces director de PEMEX Ing. Jorge Díaz Serrano, con destacados miembros del gabinete económico, estando al frente de las descalificaciones, el equipo apátrida de Programación y Presupuesto del celestino Miguel de la Madrid Hurtado. |