Eleazar Gámez Rascón
En la madrugada del día 14 de julio de 2010, Martha Maldonado Cepeda dejó de existir en un hospital de La Habana, Cuba, donde era atendida de un cáncer de estómago. A lo largo de su temprana juventud y su vida adulta, Marta tuvo siempre presente las injusticias sociales que hay en México e intentó junto con muchos otros jóvenes transformar al país en los años setenta a través de la lucha guerrillera y en los ochenta y noventa por la vía política.
Fue hija del primer y tal vez único gobernador del México posrevolucionario que murió sin haber amasado esa fortuna producto de la apropiación de los recursos públicos tan común en los funcionarios de los cargos altos. Se llamaba Braulio Maldonado y gobernó Baja California entre 1953 y 1959. De 1946 a 1949 había sido diputado federal por el Territorio Sur de la Baja California (hoy Baja California Sur).
Braulio Maldonado, fundador de la Confederación Nacional Campesina, se opuso a la candidatura del Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y tuvo que partir al exilio cuando éste fue electo.
Como muchos jóvenes de esos años, y con la herencia cultural y la postura política de su padre, Marta tomó la decisión de enfrentarse al Estado mexicano. Las ocupaciones militares de varias ciudades de la república y la represión violenta de las décadas de 1950 y 1960, y en especial el asesinato o encarcelamiento de los líderes sociales, hizo que estos jóvenes entraran a la formación de organizaciones clandestinas que esperaban contribuir a la caída del régimen priista. Marta hizo lo propio al unirse al Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR) hacia 1969. Fue partidaria de la fusión de esta organización con el Movimiento 23 de Septiembre (MAR-23), que luego daría origen a la Liga Comunista 23 de Septiembre a partir de marzo de 1973.
Participó junto con Eleazar Gámez Rascón, Arturo Rivas, Francisco Alfonso Pérez Rayón, David Jiménez Sarmiento, Bonfilio Cervantes y otros camaradas más, en la primera expropiación exitosa de la Liga Comunista 23 de Septiembre, el 12 de abril de 1973, a la empresa IEM en Valle Ceylán, zona conurbada de la Ciudad de México. Expropiaciones como ésta tenían por objetivo financiar la lucha clandestina.
Sobrevivió a la guerra sucia establecida por el Estado mexicano y a las purgas internas de la Liga. Como muchos de los ex guerrilleros, se vinculó en la década de 1980 a los movimientos sociales que aparecieron por todo el país en el tibio periodo de apertura del régimen priista. A inicios de 1988, Marta se integró a la formación del Frente Democrático Nacional (FDN) que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la presidencia de la república. Ella fue candidata a senadora en esa elección.
En 1989, luego del fraude salinista, participó junto a 400 ciudadanos, intelectuales, políticos, académicos y líderes sociales, de lo mejor que había en ese momento histórico del país, en el llamamiento hecho por Cárdenas Solórzano para la formación del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Fue candidata por este partido a la gubernatura de Baja California Norte y posteriormente en 1991-1994, fue electa diputada federal por esta entidad en la LV Legislatura. Fue además maestra en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y responsable de una asociación civil radicada en Ensenada.
Hasta sus últimos días luchó por las mejores causas del pueblo mexicano. Sin embargo, desilusionada de las posturas de Cuauhtémoc Cárdenas y de la cúpula del PRD, se distanció de ambos y sólo mantuvo contacto con los compañeros de la guerrilla.
Le sobrevive su hijo Damián Maldonado, quien aún se encuentra en Cuba a la espera de apoyos solidarios para repatriar el cuerpo de su madre.
Es mucho pedir que el PRD apoye a la familia de una de sus fundadoras en este trance. Ni la memoria y los servicios suyos o de su padre Braulio Maldonado quizá hagan que el gobierno de Baja California Norte o Baja California Sur apoyen en algo. La grandeza está en otra parte.
Nosotros la recordaremos, muy bella, muy rebelde y muy valiente contra la injusticia. Nuestra querida amiga y compañera Martha Maldonado.