domingo, 8 de agosto de 2010

Gaceta proletaria.
Gabriel Pantoja Cárdenas
LA FALSA DISYUNTIVA LOPEZ OBRADOR O MARCELO EBRARD

Durante los últimos meses intereses oscuros se han ido encargando de plantar en la conciencia de las fuerzas progresistas del país una falsa e innecesaria disyuntiva, la cual lleva el claro propósito de crear confusión, crisis y rompimientos al interior del sector democrático y patriótico a la hora de elegir a su abanderado presidencial para el 2012.
Concretamente hay que señalar una campaña que circula en internet que lleva el propósito citado. Se quiere hacer creer que hay varios precandidatos con igual o mayores cualidades que López Obrador para obtener la candidatura y se apuntalan los nombres de Marcelo Ebrard y Carlos Navarrete para competir en una consulta bajo las reglas del democratismo burgués. No debe haber ninguna duda de quiénes son los interesados en que resulte candidato el menos fuerte de los tres personajes citados; tampoco podemos dudar de la capacidad de movilización de los enemigos externos de AMLO y su programa alternativo aliados con los de adentro, todos ellos en sana convivencia trabajan en un teatro democrático a fin de justificar la victoria del aspirante más débil, que no tenga capacidad para estorbar ni represente peligro alguno para el candidato que presentarán los dueños de la renta nacional.
Los partidos agrupados en el DIA -PRD, PT y PC- comandados por Manuel Camacho Solís han reiterado últimamente que el candidato presidencial resultará de una consulta nacional, que aquél que salga mejor posicionado será el candidato que registren los tres partidos, dicen buscar que la ´´izquierda´´ llegue unificada al proceso sucesorio. Qué bueno fuera que cumplieran su palabra al pie de la letra, porque de ser así, no hay aspirante alguno que tenga la estatura suficiente para salir airoso de cualquier consulta frente a AMLO. Sin embargo, todo parece indicar que la alianza de camachistas y chuchistas ya eligieron por anticipado a Marcelo Ebrard para imponerlo en la candidatura presidencial, lo que sería un grave error si se sostienen en esa posición.
Si esa actitud resulta de una consigna pagada, malo, si es por estrechez ideológica, malo. Alguien debe hacerles entender que con su actitud están poniendo en riesgo el capital político y organizativo logrado por López Obrador en los últimos 6 años, la historia no les perdonaría nunca una cochina alianza inocultable con el mismo comité de vendepatrias que le arrebató la silla presidencial en 2006. El pueblo que espera el cambio verdadero no debe bajar la guardia y estar alerta, pues el conjunto de intereses oligárquicos no dudarán en apostar su morral a favor de Marcelo Ebrard, alineándose por supuesto con los monopolios de la información para ponerle los reflectores, cámaras y micrófonos con el fin de empollar la candidatura del Jefe de Gobierno Capitalino.
Marcelo y Carlos Navarrete, el autodestapado, no tienen calidad moral ninguna para aspirar a la candidatura, sólo por consigna o por oportunismo pueden estorbar el verdadero proyecto unitario que enarbola AMLO. Lo único que han hecho estos personajes es usufructuar los cargos públicos que han obtenido gracias al trabajo político realizado por el tabasqueño durante su encargo en el D.F. y los votos obtenidos por el mismo en el 2006. Nadie conoce el proyecto y los compromisos por escrito de Marcelo Ebrard o de Carlos Navarrete, no han dejado huella ni constancia alguna de sus pensamientos y compromisos frente a la sociedad, lo que los hace atractivos al interés oligárquico pero no del pueblo.
Andrés Manuel, por el contrario, es un político atípico: ha escrito escrito nueve libros en un país donde los políticos no escriben. ¿Porqué Andrés Manuel escribe y los otros no? En el siglo XIX José María Luis Mora, Ignacio Ramírez, Guillermo Prieto, Francisco Zarco, Ignacio Manuel Altamirano, Vicente Riva Palacio, fueron ministros, cancilleres, diputados, gobernadores, y escribieron hartos libros e incontables artículos periodísticos. Ellos eran hombres de letras metidos a políticos, no políticos profesionales. Y por esos años, hacer política era una tarea de construcción nacional; un acto generoso y la mayor de las veces arriesgada.
En el siglo XX hubo, igualmente, gente que escribió libros y se metió al escenario de la política, como José Vasconcelos, Jaime Torres Bodet, Jesús Reyes Heroles, etc. Así pues, lo cierto es que en México los políticos profesionales no escriben, mientras que Andrés Manuel sí lo hace y mucho. ¿Por qué? Los políticos del sistema son por naturaleza simuladores, acomodaticios, veletas que cambian de opinión según sopla el viento. Y escribir es dejar constancia de posiciones e ideas por las que en cualquier momento hay que responder. Para los mentirosos profesionales escribir es una forma de balconear su oportunismo. Porque son mentirosos compulsivos, los políticos del sistema mejor no escriben.
En cambio, para Andrés Manuel, publicar libros es dejar constancia de ideas y propósitos. Es hacer público su compromiso con la gente, opuesto al modelo que impulsan los responsables de la tragedia nacional. En México, los políticos de orientación revolucionaria también escriben: Ricardo Flores Magón era prolífico como periodista; Vicente lombardo Toledano, como intelectual, filósofo y político, fue el que más escribió y dejó constancia de su obra en el siglo XX; López Obrador se suma a esa lista de políticos comprometidos con el pueblo, nadie tiene que preguntarse qué es lo que piensa respecto de la dramática situación que vive el país y de la alternativa para superar esta etapa, quien quiera saber de los compromisos que ha contraído con el pueblo sólo tiene que acudir a la lectura de sus libros, accesibles todos ellos tanto para partidarios como adversarios.
Y qué podemos decir de Marcelo, nada. De Carlos Navarrete tampoco. Lo que sí les haría ganar el reconocimiento del pueblo y del sector progresista del país sería el hecho de que reconocieran sus propias limitaciones e hicieran pública su decisión de declinar a favor de López Obrador. Deben evitarse a toda costa las famosas consultas que sólo traen consigo el desgate y el divisionismo; abrirle la puerta a las disyuntivas en estos momentos es totalmente innecesario, porque sólo hay un camino y un candidato viable para que siga enarbolando las banderas del pueblo de México. Es López Obrador el que convoca y preside el verdadero frente nacional democrático y patriótico, el que guía, el conductor de masas más esclarecido y comprometido en la actual etapa en que vivimos. Si los altos intereses de la nación se imponen por sobre las conductas individuales y oportunistas él será el candidato, y después el Presidente de México. NOTA DEL AUTOR: Estimados amigos que leen este espacio, quiero invitarlos a visitar el canal de GACETA PROLETARIA en YouTube.com, por ahí los estaré esperando, reciban un saludo fraternal y revolucionario.
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