Adelante, el plan de intervención militar de Estados Unidos en México. Durante la más reciente visita de Hillary Clinton a este país, la delegación estadunidense impuso al gobierno de Calderón más elementos de sus agencias de inteligencia y del Pentágono en territorio nacional; además, una “fuerza de tarea” de efectivos estadunidenses que “ayudará” en las zonas más conflictivas, revelan generales y coroneles en activo del Ejército Mexicano. Uno de los militares, quien ocupa un alto cargo en la Secretaría de la Defensa Nacional, asegura que México vive ya una “ocupación” llevada a cabo por los organismos de inteligencia de Estados Unidos. Lo que sigue es la intervención militar disfrazada de operativos binacionales
Coches bomba en ciudades mexicanas y declaraciones e “informes” en los que se afirma que el narcotráfico atenta contra la seguridad de todo el continente precedieron la más reciente visita de Hillary Clinton a México.
Vino a imponerle al gobierno de Felipe Calderón más agentes de inteligencia y una “fuerza de tarea” compuesta por efectivos estadunidenses, a decir de un grupo de generales y coroneles en activo del Ejército Mexicano, quienes solicitan “por el momento” que sus nombres no sean revelados por temor a represalias al interior de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Luego de la visita, las declaraciones de funcionarios estadunidenses acerca de la “peligrosidad” del narcotráfico se multiplicaron y se advirtió que tropas de Estados Unidos podrían cruzar la frontera. El punto más álgido de las demandas ocurrió después del ataque a dos elementos de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en San Luis Potosí. Uno murió.
Un general de división en activo, que actualmente ocupa un alto cargo en la Sedena, señala que muchos de los actos violentos en territorio nacional son inducidos para que la sociedad mexicana acepte la intervención. La propia Sección Segunda del Ejército, encargada de inteligencia militar, habría encontrado indicios de que la CIA realiza actividades de desestabilización en el país.
Las presiones de la delegación que visitó México el 24 de enero pasado –y que estuvo encabezada por la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton– fueron tan intensas que obligaron a Felipe Calderón a abrir un espacio en su agenda. Los funcionarios estadunidenses sólo se reunirían con la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa; pero el mismo día de la visita se anunció que Clinton y su comitiva también serían recibidas en Los Pinos.
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Coches bomba en ciudades mexicanas y declaraciones e “informes” en los que se afirma que el narcotráfico atenta contra la seguridad de todo el continente precedieron la más reciente visita de Hillary Clinton a México.
Vino a imponerle al gobierno de Felipe Calderón más agentes de inteligencia y una “fuerza de tarea” compuesta por efectivos estadunidenses, a decir de un grupo de generales y coroneles en activo del Ejército Mexicano, quienes solicitan “por el momento” que sus nombres no sean revelados por temor a represalias al interior de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Luego de la visita, las declaraciones de funcionarios estadunidenses acerca de la “peligrosidad” del narcotráfico se multiplicaron y se advirtió que tropas de Estados Unidos podrían cruzar la frontera. El punto más álgido de las demandas ocurrió después del ataque a dos elementos de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en San Luis Potosí. Uno murió.
Un general de división en activo, que actualmente ocupa un alto cargo en la Sedena, señala que muchos de los actos violentos en territorio nacional son inducidos para que la sociedad mexicana acepte la intervención. La propia Sección Segunda del Ejército, encargada de inteligencia militar, habría encontrado indicios de que la CIA realiza actividades de desestabilización en el país.
Las presiones de la delegación que visitó México el 24 de enero pasado –y que estuvo encabezada por la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton– fueron tan intensas que obligaron a Felipe Calderón a abrir un espacio en su agenda. Los funcionarios estadunidenses sólo se reunirían con la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa; pero el mismo día de la visita se anunció que Clinton y su comitiva también serían recibidas en Los Pinos.