lunes, 7 de marzo de 2011

Crece la villa de italianos para “el fin del mundo”

Habitantes de Xul, Yucatán, aseguran que la construcción representa una fuente de empleo

OXKUTZCAB

Túneles, sótanos y refugios subterráneos con puertas antibalas, anchos muros, bodegas y un laboratorio son construidos en terrenos de una reserva ecológica natural al sur de Yucatán, administrada por italianos nacionalizados mexicanos que, se asegura, se alistan para enfrentar el fin del mundo.

Las construcciones fueron iniciadas hace varios meses y cada día presentan más avances. Ahora ya se están instalado las redes eléctricas y se construyen túneles para fines no especificados. Éstas obras se realizan en el poblado de Xul por la asociación Quinta Esencia e incluyen una unidad habitacional reforzada para resistir incendios, inundaciones y fenómenos naturales como huracanes, por lo que los nativos de la región, ubicada a 100 kilómetros al sureste de Mérida, la consideran una “ciudad apocalíptica”.

La fortaleza, conocida como Las dos Águilas, representa una importante fuente de empleo para los más de mil habitantes de esta parte del municipio de Oxkutzcab, una planicie yucateca única que cuenta con numerosos cerros, y en donde ya se observan al menos 38 viviendas.

Las obras se reiniciaron en el pasado mes de agosto, cuando ya estaban levantadas 33 viviendas, y no tiene fecha de conclusión, aunque constantemente son contratados campesinos y otros pobladores de las comisarías aledañas, como Xohuayán, en el municipio de Oxkutzcab, para trabajos de albañilería, instalaciones eléctricas o colocación de estructuras metálicas.

Al ingreso del lugar hay un portón en la que varios letreros advierten que se “prohíbe la entrada” y que se trata de una propiedad privada de “Quinta Esencia”, una “Asociación Civil sin fin de lucro para conservar el equilibrio ecológico y preservar los recursos naturales de la región”. Otro letrero advierte: “Prohibida la cacería”.

Los únicos autorizados para ingresar a la zona de construcción son los trabajadores que cubren 12 horas en dos turnos y los transportes de materiales. En el portón hay vigilantes que utilizan aparatos de radio para comunicarse con el interior.

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