“Si queremos salir de este caos y romper la continuidad del gobierno panista o la abatida del priista Enrique Peña Nieto, hijo de Alí Babá y nieto del chupacabras, hay que votar por Andrés Manuel López Obrador, aunque no lea novelas”, recomendó el reconocido escritor Paco Ignacio Taibo II ante los estudiantes del Universidad Iberoamericana Puebla, a quienes les propuso organizarse, pues no se explicó cómo después del “marinato” no se han gestado frentes ciudadanos.
En su primera visita a la universidad y como parte de las actividades de la Semana del Libro 2011, el premio Internacional Dashiell Hammett convivió amenamente con los asistentes en una charla que improvisó, “ya que no hay nada más peligroso que hartarse y repetirse a sí mismo”, tal como expresó.
La plática estuvo centrada en las lecturas que el novelista ha hecho a lo largo de su vida y en las que ha identificado que “siempre hay una lectura doble”, ya que los personajes se parecen a la realidad o intervienen en los sueños, alterándolos de manera sustancial.
“Soy lo que he leído” afirmó, y enseguida contó que su primera lectura, realizada a los cinco años, fue para descubrir a Robin Hood, “un hombre vestido con falda, con arco y con flecha que andaba por los bosques de Sherwood para quitarle el dinero a los ricos y repartirlo entre los pobres”.
De ahí, que Taibo II soñara con andar vestido de escocés y “con esas faldas padrísimas”. Pero en la realidad descubrió que de usar falda en 1966 sería un acto “jodido” y riesgoso por el contexto machista en el que se desenvolvía. En aquellos años iba a la secundaria y para defenderse aprendió que no había otro instrumento que el tener la lengua afilada.
Otra lectura le llevó a descubrir al Capitán Tormenta, un personaje creado por Emilio Salgari. “Resultó que mi héroe era una mujer que defendió a su pueblo de los turcos”, recordó en tono bromista.
Aquel protagonista le hizo ver que en 1968 esa mujer se parecía a las “chavas” que contradecían a sus papás y se salían de sus casas para participar en el movimiento estudiantil, y con ello ganaban sus batallas de género y sus peleas políticas.
“Eres lo que lees”, reafirmó, y tras sorber un poco de refresco, dijo que es imposible separar lo vivido de lo leído. “¿Qué es más significativo: un manco llamado Miguel de Cervantes o el último de los caballeros conocido como Don Quijote’”, preguntó.
Para Paco Ignacio Taibo II “leer ha sido un acto de educación sentimental, de creación de la columna vertebral y de resistencia ante la malvada realidad”. Por ello, personajes como Francisco Villa –de quien realizó una apasionada biografía– o los tres mosqueteros entran en sus sueños y apalean a los que le causan problemas: políticos, cardenales o presidentes que “comandan una absurda guerra contra el narcotráfico”.
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En su primera visita a la universidad y como parte de las actividades de la Semana del Libro 2011, el premio Internacional Dashiell Hammett convivió amenamente con los asistentes en una charla que improvisó, “ya que no hay nada más peligroso que hartarse y repetirse a sí mismo”, tal como expresó.
La plática estuvo centrada en las lecturas que el novelista ha hecho a lo largo de su vida y en las que ha identificado que “siempre hay una lectura doble”, ya que los personajes se parecen a la realidad o intervienen en los sueños, alterándolos de manera sustancial.
“Soy lo que he leído” afirmó, y enseguida contó que su primera lectura, realizada a los cinco años, fue para descubrir a Robin Hood, “un hombre vestido con falda, con arco y con flecha que andaba por los bosques de Sherwood para quitarle el dinero a los ricos y repartirlo entre los pobres”.
De ahí, que Taibo II soñara con andar vestido de escocés y “con esas faldas padrísimas”. Pero en la realidad descubrió que de usar falda en 1966 sería un acto “jodido” y riesgoso por el contexto machista en el que se desenvolvía. En aquellos años iba a la secundaria y para defenderse aprendió que no había otro instrumento que el tener la lengua afilada.
Otra lectura le llevó a descubrir al Capitán Tormenta, un personaje creado por Emilio Salgari. “Resultó que mi héroe era una mujer que defendió a su pueblo de los turcos”, recordó en tono bromista.
Aquel protagonista le hizo ver que en 1968 esa mujer se parecía a las “chavas” que contradecían a sus papás y se salían de sus casas para participar en el movimiento estudiantil, y con ello ganaban sus batallas de género y sus peleas políticas.
“Eres lo que lees”, reafirmó, y tras sorber un poco de refresco, dijo que es imposible separar lo vivido de lo leído. “¿Qué es más significativo: un manco llamado Miguel de Cervantes o el último de los caballeros conocido como Don Quijote’”, preguntó.
Para Paco Ignacio Taibo II “leer ha sido un acto de educación sentimental, de creación de la columna vertebral y de resistencia ante la malvada realidad”. Por ello, personajes como Francisco Villa –de quien realizó una apasionada biografía– o los tres mosqueteros entran en sus sueños y apalean a los que le causan problemas: políticos, cardenales o presidentes que “comandan una absurda guerra contra el narcotráfico”.