...Un estadista, para decirlo pronto, volvería a nacionalizar las minas. Pero antes tendría que encabezar una revolución. Quienes quieran impulsar esa revolución, sólo necesitan que el único estadista que hay en México gane las elecciones de 2012. Parece imposible. No lo es. Y no hay otra salida. Bien lo saben miles y miles de mexicanos, en su mayoría personas de la tercera edad, que siguen luchando con una tenacidad tan profunda como su esperanza, y que asisten semana a semana a los círculos de estudio de Morena, reparten Regeneración, y se esfuerzan por construir los 65 mil comités ciudadanos que, el primero de julio, cuidarán los votos que reciba Andrés Manuel López Obrador, casilla por casilla.
Por lo pronto, este martes, a las ocho de la mañana, todas y todos a la Cámara de Diputados, a rechazar la aprobación de la ley de seguridad nacional. Es decir, la legalización de la dictadura militar que Estados Unidos quiere imponernos a toda costa, con el apoyo del PRI, del PAN y también del PRD salinizado por Ebrard y Camacho.
Jaime Avilés