Pedro Miguel
Como ocurrió en otras
localidades del país, el pasado 15 de septiembre, en Ensenada, Baja
California, el movimiento #YoSoy132 y diversos ciudadanos libres
protestaron, durante la ceremonia del Grito de Independencia, por el
desastre en el que la gestión gubernamental ha hundido al país y por el
flagrante desaseo en el proceso electoral reciente. Repitieron, allí, lo
que miles de personas hicieron en otros puntos: agregar
sin PRIal grito de
Viva México. La policía municipal, bajo el mando del priísta Enrique Pelayo Torres, quien en su calidad de alcalde presidió la ceremonia, golpeó a periodistas y detuvo con lujo de violencia a 23 manifestantes, entre quienes se encontraba Aleph Jiménez Domínguez, de 32 años de edad, originario de Chetumal, maestro en ciencias, oceanógrafo, adscrito al Centro de Investigación Científica y Educación Superior (Cicese) de Ensenada y vocero de #YoSoy132 en esa ciudad.
Al día siguiente, Pelayo Torres divulgó una versión distorsionada de
los hechos en la que se culpaba a los manifestantes por la violencia.
Ante ello, el día 17, #YoSoy132, en una rueda de prensa en la que
participó Aleph, divulgó videos en los que se ve con claridad cómo los
efectivos policiales cargaron contra ciudadanos que ejercían su derecho a
la libre expresión y manifestación (http://youtu.be/0uj8mMr2k9s)
y responsabilizó de los hechos al alcalde y al director de la Policía
Municipal, Alfredo Rosales Green. Ante la evidencia, el munícipe se vio
obligado a ofrecer una disculpa pública por la brutalidad policial, que
dejó un saldo de varios lesionados, entre ellos una mujer que requirió
hospitalización, así como la destrucción de equipo de periodistas de la
televisión estatal. Sin embargo, el funcionario se abstuvo de pedir
perdón a los principales objetivos de la represión: los ciudadanos que
protestaban de manera pacífica y legal.
Desde antes del 15, Aleph reportó que era vigilado y espiado desde
una camioneta negra por un sujeto que luego estuvo presente en la
ceremonia de la Independencia y coordinó, allí, el operativo
policial contra los manifestantes. En los días posteriores, el acoso se
incrementó. Aleph recibió llamadas telefónicas anónimas, fue seguido en
forma permanente y vigilado por desconocidos, tanto en su domicilio como
en su centro de trabajo. Para el día 19, el científico decidió
pernoctar en casa de un amigo. El 20 se movió acompañado por compañeros,
pero alrededor de las 16:30, cuando se dirigía a una sucursal bancaria,
sus amigos perdieron contacto con él y desde entonces no se sabe nada
de su paradero. El 21 de septiembre por la mañana, compañeros del
activista presentaron una denuncia de hechos por la ausencia de Aleph.
El 23 la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos del Noroeste elaboró un
reporte (http://bit.ly/UqVKUx) en el
que concluye que todos los datos del caso apuntan a que se trate de una
desaparición forzada de persona por motivos políticos. Tanto #YoSoy132
como los familiares de Jiménez Domínguez y sus colegas en el CICESE han
emprendido diversas acciones (http://bit.ly/QzMYT8) para exigir que se esclarezca su paradero y que aparezca sano y salvo.
Ver mas
Síguenos en twitter @radioamlo