viernes, 20 de junio de 2008

Eternamente espurio

Russell G. G. Arjona Tamayo

Debate por Yucatán

Me cuenta un amigo, que cuando iba en la primaria organizaron una obra de teatro y querían que hiciera de “burrito”, a lo que se negó rotundamente aun cuando pudiera ser castigado por sus maestros. En el presente, sabe que hizo lo correcto, pues al niño que hizo el papel mencionado, hasta el día de hoy le dicen “Burrito”.
Así como aquel “Burrito”, conocemos también a “La Flaca” por ser una mujer flaca, al “Caracol” por baboso, a “Los Bolillos” por cachetones, a “Los Zorrillos” por mujeriegos, “El Tuercas”, “El Chaquiras”, “La Iguana”, “El Cerillo”, “El Legítimo” por tener reconocimiento de la mayoría y “El Espurio y el Pelele” porque se robó las elecciones y es manejado por intereses ajenos a la nación mexicana. Al que se molestaba le dejaban el apodo y que lo etiqueta para toda la vida.
Lo que queda claro por el dictamen del IFE arremetiendo contra López Obrador e imponiendo multas al PRD y al PT es que los apodos que caen como “anillo al dedo” duelen más que mil palabras.
En el México de hoy hay dos sobrenombres que plasman y concretan una universalidad de elementos que hacen trascender del pasado al presente y del presente al futuro a dos individuos; usted amigo lector del Diario de la Dignidad, los ubicará con toda su concepción: “El Espurio” y “El Legítimo”. Es imposible borrar hechos históricos como el que aconteció el 16 de septiembre de 2006, cuando una inmensa mayoría que abarrotó el Zócalo capitalino constituyéndose la Convención Nacional Democrática con apego a la Constitución mexicana, nombró Presidente Legítimo a Andrés Manuel López Obrador y desconoció a Calderón quedando automáticamente como espurio a lo largo de la historia (véase http://www.youtube.com/watch?v=INnRn3cFaIE y/o en el buscador www.youtube.com poner: Votación de la Convención Nacional Democrática parte 1 y arroja el respectivo video). Las multas impuestas por el IFE, institución que traicionó a la nación al avalar el fraude electoral, y por tanto espurias también, no podrán borrar la fuerza de la historia donde también se encuentra la forma vergonzosa en que tomó posesión el espurio.
Si algún día ves pasar a alguno de estos dos personajes, seguro te vendrán a la mente las palabras: “es un honor estar con Obrador, Legítimo Presidente de México” o bien, “muera el mal gobierno, ojalá que se vaya el espurio”.
Yo juré respetar y hacer respetar a las autoridades legalmente constituidas; como también lo hacen muchos otros hombres libres. En nuestras instituciones, entre ellas las militares, no dudo que exista la obligación del respeto irrestricto a esos entes sociales que de manera legal llegan al poder. El problema de fondo está en la dualidad de legalidades provocada por un proceso electoral fraudulento, avalado por la Sala Electoral de la Suprema Corte de Justicia viciado por acciones ilegales durante –reconocido por dicha Sala- el proceso electoral, y por otro, un proceso constitucional de modificación de la forma de gobierno que el mismo pueblo altera y modifica en su inalienable derecho.
Debemos observar que en esa línea divisoria entre lo legítimo y lo legal está el problema de aquellas compañías petroleras que pretenden saquear nuestros recursos naturales como el petróleo.

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