Taciturno, medroso... cabizbajo
cargado de cadenas y grilletes,
allí está el pueblo... subyugado, triste.
¡Pueblo, levanta tu cerviz airado
y lanzate a los campos de combate!
!Pueblo, despierta ya! Tus hijos crecen
y una herencia de oprobio no merecen;
!Madre patria, tu pueblo está perdido!
!Se acabaron tus bravos luchadores!
!Sólo queda una raza sin vigores!
!En el fango de inmensas abyecciones
se incuban los campeones!
Y cuando el pueblo lance su rugido,
y se inflamen sus ímpetus salvajes,
y sacuda su ardiente cabellera,
y levante la pica entre sus manos
y brille desplegada su bandera,
!rodarán por el polvo los tiranos!
Santiago de la Hoz