Manú Dornbierer
Satiricosas
¿No que ya se habían acabado los spots de Calderón creados por expertos discípulos de Goebbels como Antonio Solá y Dick Morris?
¿No que la Ley de Medios le había puesto un “hasta aquí” al duopolio que literalmente gobierna a la parte más ignorante y por ende más inerme de los mexicanos, sus borregos televidentes?
¿Qué el Congreso sólo votó esa ley para que los políticos, particularmente del PAN, no fueran tan sucios en tiempos electorales, pero con luz verde para seguir cínicamente engañando al público fuera de dichos tiempos?
¿Cómo se puede defender la gente de la embestida constante de las falsedades de los concesionarios de la TV y de la Radio comercial que utilizan nuestro espacio radioeléctrico, de sus perpetuas mentiras, que se trate de vender productos o aparatos para convertirse en Venus y Apolo, comida chatarra, coches de lujo accesibles para una ínfima parte de la población, cremas para adelgazar, papas fritas, pan de caja que lleva hasta formol entre sus conservadores, o una iniciativa de Calderón para entregar el petróleo? Todo es lo mismo, business a como dé lugar. Pero a veces es inaceptable y hasta criminal, sobre todo cuando el producto a vender es el petróleo de México. Cuando hay jaurías transnacionales tras PEMEX, representadas por los más altos funcionarios del país.
La cada vez más profunda desinformación que padecen los millones de seguidores de los canales de TV y estaciones de radio goebbelianos, a los que les recetan interminables minutos de comerciales, uno tras otro y entre los cuales siempre habrá uno del “Gobierno Federal”, igual de mentiroso o más que cualquiera de los otros, está pesando demasiado y costando a los contribuyentes fortunas inauditas. ¿Qué no deberían emplearse para mejorar la vida de los mexicanos y no para enriquecer más aún al señor Jean o al señor Salinas, o a intentar sin buen éxito convencer a los mexicanos que tienen los mejores gobernantes del mundo, que el presidente no es espurio y que su secretario de Gobernación es honrado?
¿Cuánto está gastando, señores legisladores, el gobierno de Calderón para MENTIR de esa manera tan primitiva a esos indefensos mexicanos para los que su Biblia es la televisión? ¿Podrá calcular el IFAI cuántos miles de millones de pesos le cuesta a México la campaña de Calderón para “vender” su iniciativa entreguista, esa que su recién estrenado jefe de senadores Madero, otro que ya ensucia alegremente su apellido, asegura que está empatada con la flamante del PRI que probablemente no tuvo ni tiempo de leer?
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