Revestida por un sol esplendoroso, la Plaza de la Paz lucía como si tuviera alegre el corazón a causa de la insigne visita que recibiría. Durante toda la semana los combativos compañeros del Gobierno Legítimo de Guanajuato Capital y también los compañeros de los comités municipales del entusiasta PT y el sector honorable del PRD se dedicaron a vocear y llamar a la gente a la cita de hoy a las 10 de la mañana. Apenas son las nueve y el frío y el viento arrecian, pero como dice la consigna, “Ni la lluvia, ni el viento, pararán el movimiento” y poco a poco los descendientes del pípila se van acercando, tomando su lugar en las sillas, esperando animosos la llegada del Presidente Legítimo de México: ese noble magnetófono que amplifica la voz del pueblo.
A la espera de la llegada del Presidente Legítimo... ¡Ni la lluvia, ni el viento, pararán el movimiento!
Sedientos de palabras de ánimo, deseosos de ser reconfortados con la visita que refrende que nosotros tampoco estamos solos –sobra decir que en estas tierras es doblemente meritorio ser Ciudadano de la IV República-, esperamos apostados en nuestras sillas. Al fin gente del Mineral, se nos aprecia con los rostros calmos, recios, esperando en aparente parquedad emocional. La gente de mineral somos de talante serio, pero cuando estamos convencidos de la nobleza de una causa y decididos a la lucha, el corazón nos bulle de ánimo como al más caluroso de los tabasqueños. Es sólo dificultad de expresión.
Poco a poco fuimos llegando a la Plaza de la Paz, centro político del estado y corazón social de la Ciudad. Eran apenas las 9:30 de la mañana y ya eramos como 200. Pasando la calle Juárez, a escasos 30 metros, unos desparpajados policías de la judicial estatal mientras cumplían su anodina labor de resguardar la puerta del Congreso del Estado, nos veían llegar sonriendo, saludando y platicando entre nosotros. Esos policías lucían contrariados al vernos con el ánimo firme y la alegría que sólo da el luchar por una causa justa en los ojos; “¿Qué no se supone que estos son los pinches perredistas revoltosos y violentos?”. Ajenos a la realidad nacional, no saben que ni somos violentos, ni disentimos por capricho y para colmo, somos obradoristas, aunque algunos seamos de extracción perredista –aunque últimamente sólo los chuchos presumen su membrete político-. No lo saben, son empleados del gobierno yunquista estatal, no lo saben, pero están a punto de derrumbar sus paradigmas.
Poco a poco fuimos llegando a la Plaza de la Paz, centro político del estado y corazón social de la Ciudad. Eran apenas las 9:30 de la mañana y ya eramos como 200. Pasando la calle Juárez, a escasos 30 metros, unos desparpajados policías de la judicial estatal mientras cumplían su anodina labor de resguardar la puerta del Congreso del Estado, nos veían llegar sonriendo, saludando y platicando entre nosotros. Esos policías lucían contrariados al vernos con el ánimo firme y la alegría que sólo da el luchar por una causa justa en los ojos; “¿Qué no se supone que estos son los pinches perredistas revoltosos y violentos?”. Ajenos a la realidad nacional, no saben que ni somos violentos, ni disentimos por capricho y para colmo, somos obradoristas, aunque algunos seamos de extracción perredista –aunque últimamente sólo los chuchos presumen su membrete político-. No lo saben, son empleados del gobierno yunquista estatal, no lo saben, pero están a punto de derrumbar sus paradigmas.
¡Guanajuato Resiste! Los ciudadanos Libres y Concientes de Capital llegando a la cita
A eso de las 10:15 se dejan ver en la parte más alta de la Plaza –recuerden mis atentos lectores que aquí todo es sinuoso: lo que no es cerro es montecito, y lo que no, lomita- dos sonrientes camionetas blancas, son los vehículos de la Dignidad y la Libertad, el convoy del mensaje de Esperanza que echó andar con esta gran Nación un 20 de noviembre de 2006. De una de ellas, desciende el Presidente. No lo veo, pero sé que donde se arma la bolita de gente, es en donde se encuentra.
La llegada del convoy de la Esperanza
Firma libros, estrecha manos, saluda a sus adelitas galereñas. Incluso da abrazos a individuos de catadura sospechosa, alguien grita “¡ese es panista!” el aludido se defiende argumentando que es de Tabasco y que sólo quiere abrazarlo. Andrés Manuel no se inmuta, sabe que la gente lo protege, lo defiende y está siempre alerta. Voltea hacia el sujeto y se presta al abrazo, ante los ojos de los cientos de obradoristas guanajuateños que se arremolinan junto a él. La Sra. Jaguara muy modosita, se queda pegada junto al individuo revisando con la mirada si no trae algún artefacto poco deseable en el costado o en el cinto. No trae nada, pero la catadura es de judicial…
Sigue su paso y sube al estrado, entre gritos del ya mítico “¡Es un honor, luchar con Obrador!”, es presentado por la dirigente municipal del PRD quien le agradece su presencia en nuestra ciudad a la que tuvo el tino de calificarla como cuna de la libertad y capital de la República en 1857, cuando Juárez era presidente itinerante por causa de los vendepatrias de siempre (llámense “Conservadores”, “Científicos” o “Panistas”; es la misma mala cepa). La mera verdad, no creí que su breve intervención fuera a contemplar esta página de oro de nuestra historia cuevanense. Qué bueno que lo hizo.
En el estrado estaban los dirigentes municipales del Gobierno Legítimo, del PT y del Consejo estatal del PRD, también vino el recién estrenado secretario general del comité estatal. Era clara la ausencia de nuestros chuchitos, de los que todos cotilleamos su cobarde mediocridad política, su ánimo blandengue y su vil oportunismo.
AMLO con las dirigencias municipales del Gobierno Legítimo, PT y PRD. Al fondo, con su gorrito negro para hacer encantamientos, Elba Esther Gordillo
Andrés Manuel, sencillo, inteligente y sensible como siempre, se dirigió al corazón de los guanajuateños: expuso el crítico panorama socioeconómico que empezamos a padecer y desglosó la situación actual de los tres pilares de la economía nacional, pero desde la perspectiva local. Esos ejes son el petróleo, las remesas y el turismo.
Nos habló de lo peligroso de entregar la explotación petrolera en bloques a las trasnacionales, pues volveremos a tener a los marines vigilando nuestras costas, afectando nuestra soberanía nacional, puntualizó sobre la necesidad de llevar aparejada la lucha en defensa del petróleo con la defensa de la economía popular. Él sabe que los neoliberales pretenden quitarnos no sólo la propiedad del petróleo, sino de todos los recursos del subsuelo. Habló del decaimiento de la industria minera como resultado de estas políticas rapaces. Los viejos mineros asentían con la pesadumbre en los ojos: ahora nos dedicamos al turismo, a soportar las hordas de borrachos en el Cervantino, esos que vienen, vomitan, orinan y se van. La Joya colonial de América a duras penas y es apreciada, unida su dignidad a la explotación de la plata por manos mexicanas, ahora que los panistas le regalan felices todo a los canadienses, es Andrés Manuel el único que comprende el corazón dolido de los centenarios barreteros guanajuateños.
“Bueno, al menos nos queda el turismo…” No bien se ha construido esa frase en las mentes cuando López Obrador abunda sobre el punto. Dada la recesión económica mundial, descenderán las divisas generadas por esta actividad. Y como al gobierno espurio sólo le importan los 30 empresarios de los que es pelele, pues no se reactivará la economía interna, no habrá dinero para vacaciones ni apoyo para los pequeños empresarios que viven del turismo.
Además, las remesas disminuirán porque los gringos están en plena recesión. Los ojos de las madres con hijos migrantes se posan con vehemencia en la humanidad de ese hombre que les significa “esperanza”.
Volteo a mi alrededor y ya la banqueta del lado del Congreso, luce pletórica de transeúntes. Se detienen a escuchar al hombre que habla con el corazón en la mano, sus serenas palabras y su firme determinación encantan a cualquiera. Se cruzan de brazos y asienten con la cabeza cada vez que toca una fibra sensible de la vida de cada uno.
Los judiciales que resguardan el recinto legislativo tienen cara de reflexión, no saben que hacer, se supone que esperaban un discurso pleitero y un montón de gente argüendera gritando rabiosamente y no los ven por ningún lado, no saben qué pensar, cómo comportarse, pero su lenguaje corporal es relajado: están desarmados ante la verdad que les está siendo comunicada. Nomás adoptan la pose a la defensiva cuando se acercan los orejas del yunquista gobernadorcete Oliva, quienes se pasean nerviosamente entre las camionetas y la entrada al Congreso del Estado sin soltar sus radios ¿A que le temen? ¿El tamaño de su culpa es tan grande como la Dignidad del pueblo organizado? Tan organizado que ahí vienen, un poquito tarde pero con todo el ánimo del mundo, unos compañeros de Irapuato y de Celaya, traen su lona y muchas ganas de escuchar al presidente. Se mezclan entre sus paisanos guanajuateños, sin distingos. Somos los guanajuatenses libres y conscientes, no tenemos fronteras municipales.
López Obrador ante el Congreso... del estado de Guanajuato
Llegados a este punto, el Presidente convocó a los guanajuateños a organizarse, porque sólo el pueblo salva al pueblo. Para ello nos invitó el domingo 23 de noviembre a la Ciudad de México, para que celebremos el inicio del 3er año de gobierno, pero sobre todo, para conocer los puntos del Plan de Defensa de la Economía Popular.
Es necesario que entre nosotros empecemos a tender redes económicas y de información para rescatar al País y superar de la mejor manera posible la crisis económica, porque el gobierno federal es pelele de 30 potentados y todos ellos viven protegidos por la televisión. Nos dijo que la televisión no informa y para muestra bastaba un botón: a pesar de habitar una ciudad conocida por su alto nivel cultural –aplausos de todos los concurrentes, jamás nadie nos habla bonito y con sinceridad-, hay muchas cosas que no sabemos y en su tono cálido, de conversación íntima, nos pidió que levantáramos la mano los que sabíamos que México detenta el último lugar de crecimiento económico en América Latina, si estamos enterados de que el yerno de Elba Esther Gordillo es subsecretario de la SEP, que si sabíamos que la CFE compra energía eléctrica a empresas extranjeras. “¿Ven? ¡Los que desconocen eso son mayoría y eso que estamos ante lo más granado del pueblo de México, la gente que busca estar informada!” Sonríe afable y nosotros con nerviosismo. Los policías del Congreso de plano ya están recargados en la pared, como si se hubieran detenido a platicar con un vecino que les relata las novedades del pueblo.
“Organicémonos, con la alegría y la satisfacción que da luchar por causas justas. Antes de Hidalgo y Morelos dijeron que eran revoltosos, asesinos; a Juárez lo llamaron indio mugroso; de Zapata y Villa dijeron que eran bandidos ¿pero saben ahora cómo llegamos al centro de todas las cabeceras municipales?” La gente, suspicaz como siempre, respondió “¡sin vallas! ¡sin vallas!”, pero él se refería a otra cosa: “Llegamos preguntando por la calle Hidalgo, por la calle Juárez. Tales son los héroes de la Patria, que no hay pueblo que no tenga una calle con su nombre” –¡Ésta es Juárez!, grita una jaguara con casco petrolero, señalando la calle principal, la que pasa entre el Congreso Local y Nosotros, el presidente atiende y dice “¿Esta es Juárez? Ven, ven” Todos reímos, nos sentimos dueños de nosotros, de la ciudad, del País, de nuestro futuro. La calle es como la sala de nuestra casa, queremos seguir ahí, en las plazas públicas, reconocidos por aquél que enarbola las más nobles aspiraciones de un pueblo. Ante la apatía de nuestros paisanos, ante la cerrazón panucha de algunos de ellos, con las que diario tenemos que bregar en aras de seguir trabajando para el Movimiento, estos momentos son oro molido para nosotros: no queremos que acabe la magia.
"-¿Saben cómo llegamos a las plazas principales de los municipios? -¡Sin vallas, sin vallas!" Un presidente cercado por niños, no por soldados
Nos llama a la credencialización y señala el módulo como quien da la referencia de una ventanilla, sin poses ni oropeles retóricos “aquí está atrás, los esperamos para que seamos más. Ya somos dos millones de credencializados. Vayan, aquí está miren” Un compañero invidente quien ha estado oyendo todo el discurso, me pide que lo acerque al módulo. Quiere hablar con el Presidente, el municipio no le quiere pagar su pensión por incapacidad laboral. Lo llevo al módulo. En ese momento desciende del estrado y el remolino de gente se hace otra vez a su alrededor, gritando “¡Es un honor, estar con Obrador!” y “¡Ya estamos listos, señor presidente!”. Va a Dolores, Cuna de la Independencia Nacional.
Nosotros quisiéramos retenerlo, decirle que estamos con él, que nos sentimos profundamente integrados al gran engrane del progresismo libertario después de dos largos años de sentirnos relegados, porque había visitado el estado, pero no nuestra querida capital. Quisiéramos tantas y tantas cosas… pero debemos remontar con alegría las actividades cotidianas, llenos de la entereza que nos da saber que pertenecemos a una nueva Nación, la que está gestándose en nuestro esfuerzo diario por demandar justicia social, llevando información a otros, defendiendo nuestro patrimonio, y ahora, empezando la ardua labor de tejer redes económicas populares. Un nuevo reto, planteado por el hombre que nos ha traído quebrando paradigmas casi a diario, sin descanso. El hombre con la misión de impulsarnos a hacer realidad todo lo que ya llevábamos en el corazón desde hace mucho tiempo.
Gracias Andrés Manuel, desde la raíz libertaria de 1810, liberal de 1857 y progresista en resistencia de 2008, Guanajuato te da las gracias por tu inteligente mensaje de aliento, tu cordial trato, tu reconocimiento a estos nosotros, los pocos, los obradoristas cuevanenses. Gracias aún más por tu sensibilidad social a estos nosotros, los muchos, los ciudadanos de un viejo mineral convertido en destino turístico y cuya tragedia del día a día son los migrantes y los suicidios por falta de oportunidades. Tu gran corazón, tu amor por México te ha hecho trabajar mucho, tanto que conoces con precisión lo que le pasa a cada una de las comunidades que visitas… no estamos solos, y por ello, no estás solo: somos el pueblo de López Obrador, de costa a costa, de frontera a frontera, y también escondidos entre sierras y montañas...
Nosotros quisiéramos retenerlo, decirle que estamos con él, que nos sentimos profundamente integrados al gran engrane del progresismo libertario después de dos largos años de sentirnos relegados, porque había visitado el estado, pero no nuestra querida capital. Quisiéramos tantas y tantas cosas… pero debemos remontar con alegría las actividades cotidianas, llenos de la entereza que nos da saber que pertenecemos a una nueva Nación, la que está gestándose en nuestro esfuerzo diario por demandar justicia social, llevando información a otros, defendiendo nuestro patrimonio, y ahora, empezando la ardua labor de tejer redes económicas populares. Un nuevo reto, planteado por el hombre que nos ha traído quebrando paradigmas casi a diario, sin descanso. El hombre con la misión de impulsarnos a hacer realidad todo lo que ya llevábamos en el corazón desde hace mucho tiempo.
Gracias Andrés Manuel, desde la raíz libertaria de 1810, liberal de 1857 y progresista en resistencia de 2008, Guanajuato te da las gracias por tu inteligente mensaje de aliento, tu cordial trato, tu reconocimiento a estos nosotros, los pocos, los obradoristas cuevanenses. Gracias aún más por tu sensibilidad social a estos nosotros, los muchos, los ciudadanos de un viejo mineral convertido en destino turístico y cuya tragedia del día a día son los migrantes y los suicidios por falta de oportunidades. Tu gran corazón, tu amor por México te ha hecho trabajar mucho, tanto que conoces con precisión lo que le pasa a cada una de las comunidades que visitas… no estamos solos, y por ello, no estás solo: somos el pueblo de López Obrador, de costa a costa, de frontera a frontera, y también escondidos entre sierras y montañas...
Éste es Guanajuato de López Obrador ¿dónde está el tuyo, espurio Calderón?