Carlos Fernández-Vega
■ Incumple el personaje que prometió bajar el precio de la luz a “los más necesitados”
■ En cambio, queda bien con los grandes industriales, los que menos empleos generan
Allá por los dorados tiempos de la campaña electoral, un candidato chaparro, pelón y de lentes (Manuel Espino dixit) aseguraba que “lo que no le cobren a la gente a través de tarifas se lo van a cobrar a través de más impuesto, o a través de más inflación, o a través de más deuda, que también son más impuestos a final de cuentas; la clave está en desenmascarar ese engaño”.
Más de dos años después, ese candidato, impuesto como inquilino de Los Pinos, a esa misma gente le ha cobrado más impuestos, le ha incrementado la deuda, le ha duplicado, cuando menos, la tasa inflacionaria comprometida y, para redondear, no se ha cansado en eso de aumentar precios. Es el mismo personaje que en campaña prometió reducir tarifas eléctricas a “los más necesitados” (“los que menos tienen” era una frase de la competencia).
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