■ La matanza de Gaza, primera prueba de fuego para Obama

Conocida desde entonces como “la parábola de Jalife”, la idea fue recogida en una escena de El Loro Negro, aquella en que Felipato le suplica a Don Beltrone que le abra la Torre de Pemex. Por un imperdonable descuido, el autor de ese panfleto teatral olvidó darle al doctor el crédito y las gracias por su espontánea contribución.
Hace algunas semanas, Jalife-Rahme fue blanco de un linchamiento promovido por defensores a ultranza del gobierno de Israel, que lo acusaron de “antisemita”, invocando, entre otros, a los nazis, para darle mayor tremendismo a sus argucias. Ni tardo ni perezoso, Alfredo les devolvió una respuesta demoledora, en la que demuestra, con un dechado de probanzas puntuales, los vínculos que existen entre la banca israelí y el Mossad, en el marco de la política sionista (léase, racista y expansionista) de Tel-Aviv contra el pueblo palestino.
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