Bernardo Bátiz V.
La anarquía económica que prevalece en el mundo debido a la codicia de los grandes especuladores se ha traducido en crisis mundial, extremada en parte por los mismos especuladores, que quieren salvar y acrecentar sus privilegios; por los medios de comunicación alarmistas que exageran la gravedad de la situación y con ello desalientan inversiones y mercados, pero también, en buena medida, por malos gobernantes, como en el caso de México, que endeudan más al país y poco se ocupan de alentar la producción en el campo y en las fábricas.
En la ciudad de México ya se empieza a reflejar el temporal crítico; sin ser un especialista de altos vuelos, si no un simple caminante por la ciudad que observa lo que en ella pasa, puedo confirmar que los signos de la pobreza y el desempleo van en aumento, se han hecho palpables: proliferación de pequeños negocios de comida, bazares en las calles, ventas de garaje, aumento de los niños y adultos que limpian parabrisas en las esquinas, disminución de comensales en los restaurantes y otros signos fáciles de detectar.
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