Denise Maerker
Atando cabos
Abrumados por la tragedia de Hermosillo, muchos piensan que una serie negra se abate sobre nuestro país. ¡No puede ser que todo lo malo nos pase a nosotros! La violencia del narcotráfico, la crisis económica, la emergencia sanitaria y ahora un incendio en una guardería que mata a 40 niños. Pero no es cuestión de suerte. Una limpia no resolvería nada, ¡desafortunadamente!
Fuera del temblor que sacudió recientemente al estado de Puebla y a la ciudad de México, todo lo demás tiene explicación y responsables. La magnitud con la que nos ha golpeado la crisis económica se explica por las decisiones económicas que privilegiaron durante 30 años un modelo de desarrollo muy dependiente del exterior. Se abandonó el campo y a las multitudes y se apostó todo a las exportaciones y a un pequeño grupo de productores competitivos. La forma en que se hizo esta transformación, a veces radical, luego incompleta, nos tiene hoy en la lista de los cinco países más afectados por una crisis, ciertamente mundial.
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