Aumentos sucesivos al precio de las gasolinas, semanas de caída libre del peso frente al dólar y días continuos con inflaciones exponenciales, conforman un desfile que llegó para apagar la fiesta de las mentiras y las expectativas desorbitadas del gobierno federal. Aunque el shock ha pasado y las repercusiones sociales de las ineficientes políticas económicas empiezan a ser habituales, sus efectos continuarán en el seno de las familias mexicanas dándole forma a la primera gran crisis del siglo XXI.
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