
Patrullajes en caseríos, pueblos y ciudades, vigilancia aérea, instalación de retenes en vías principales o alternas, combate a delitos trasnacionales, como tráfico de sustancias ilícitas, de personas, armas y bienes robados, captura de delincuentes prófugos, allanamiento de viviendas o el registro a pasajeros en transportes, figuran entre las acciones que, progresivamente, realizan los ejércitos latinoamericanos y que suplantan cada vez más las funciones propias de las fuerzas policiacas en la región.