Empresarios conservadores, militares sin escrúpulos, jerarcas católicos y dirigentes de organizaciones ultraderechistas conforman en América Latina las huestes antidemocráticas que pretenden imponer un nuevo fascismo, basado en el militarismo, la manipulación religiosa y la defensa de los grandes intereses económicos.
Así ha ocurrido en Honduras, con el reciente golpe militar, que ya recibió la bendición del episcopado de ese país, donde la jerarquía católica se opone al depuesto presidente Zelaya y avala las “instituciones” representadas por el gobierno golpista.
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