sábado, 1 de agosto de 2009

Del desprestigio y la víctima.

El que ante los ojos del mundo, nuestro México (o lo que queda de Él) tenga que pasar la vergüenza de un Mandatario que, desde Costa Rica, a pregunta directa, haya tenido la desfachatez de decir que César Nava no es su candidato oficial.

Y que además haya agregado que decirlo es “injusto” a pesar de que sabido es que ningún otro panista quiso registrarse ante los dados cargados con los que se estaba jugando la elección; y que por consiguiente, de lo único que se puede estar seguro, es de que César Nava no puede perder, por la simple y sencilla razón de que no tiene contrincante.

Dejando ver, tristemente, que si esa es la Democracia que se practica al interior de su Partido, el que incesantemente se diga y se repita una y otra vez que no ganó las elecciones y que por consiguiente es un gobernante espurio, cobra aún más fuerza y le da sentido a la creencia popular.
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